Serie “Lejanía,” 2018. Pintura sintética sobre plástico, 50 x 30 cm. Foto: Catalina Romero

Supremacía Material: Una Conversación con Julia Clutterbuck

Desmaterializar, descartar, recuperar, romper, arrugar—palabras que nos acercan al trabajo de Julia Clutterbuck, una joven artista que plantea escenarios abstractos compuestos a partir de composiciones superpuestas de materia. Obras que tienen la característica de combinar incontables materiales industriales con otros orgánicos, así como con la fotografía, la cual actúa como registro y obra per se.

Formada en el campo de la arquitectura y habiendo tomado clínicas y talleres con artistas destacados, la mirada de Julia está siempre pendiente de los espacios que escapan al “simple vista,” encontrando potencial estético y creativo en aquello que se abandona o simplemente no se registra como materia prima, soporte y contenido. Una obra que muta en forma permanente pero donde la pregunta moderna sobre materialidad en sí, como tema, se reformula y sigue vigente en el arte contemporáneo.

María Carolina Baulo: Tu obra transita distintas materialidades y variados formatos. Papel, tela, plásticos industriales, película fotográfica, acrílico, vidrio, pigmentos sintéticos son algunos de ellos. Contanos porqué los eliges y cómo los trabajas. Pienso en las series las “Vacas,” los “Plásticos Rotos” y los “Descartes,” por ejemplo.
Julia Clutterbuck: Me gusta experimentar técnicas y probarlas en diferentes materiales. Siento que no podría ser de otra manera por cómo soy, de naturaleza autodidacta, aprendiendo del error. Muchas veces, sino es siempre, de esas experimentaciones casuales o causales, surgen los mejores resultados, o la puerta a un nuevo proyecto que me inspira a continuar investigando. Trabajo generalmente con plástico, por un lado, por lo desaprobado que está en el mundo en general, y por otro por la infinidad de resultados que me ha dado su uso. Investigué sobre varios tipos de plásticos, y según su grosor, rugosidad, etc. logro que la pintura permanezca impregnada por siempre o se vaya cayendo y finalmente perdiendo, como resultado de la pieza de arte en sí misma. En la serie de las “Vacas” que mencionas, pongo bastante material sobre la base plástica. Una vez que el mismo se seca, doblo el plástico de la manera en que me gustaría que se formen algunos pliegues, y lo dejo durante un tiempo en esta posición. Una vez transcurrido el mismo, lo desdoblo y al hacerlo se forman figuras aleatorias. Pero lo interesante, y en definitiva mi búsqueda durante este proceso, es que si bien a simple vista se ven espacios vacíos en la obra, como si la pintura se hubiese caído, esto no es así, sino que se trasforma y permanece de otra manera, incluso color, impregnada en el cuadro. El proceso de los “Plásticos Rotos” es totalmente diferente al anterior. En este caso mi búsqueda es que la pintura aplicada, se vaya cayendo, que no haya control sobre la misma, que tenga vida propia, y así también muerte. Con las partículas de pintura que caen de los “Plásticos Rotos,” genero la serie de los “Descartes,” que se trata precisamente de eso; darle valor a lo que se desprende y cae, y se termina perdiendo. Me interesa que esa eliminación, ese sobrante deje de serlo como tal para pasar a ser el todo, la pieza principal de la obra. El cambio de estado, de la expulsión a la inclusión protagonista.

Serie “Vacas,” 2018. Pintura sintética sobre plástico, 75 x 154 cm. Foto: Catalina Romero

MCB: La estética de tu obra está regida por la abstracción geométrica combinada con cierta aleatoriedad controlada, la paleta cuasi monocromática, la obsesión por el detalle y la prolijidad. Esta construcción está íntimamente relacionada con el concepto donde prima lo ingobernable del azar, la impronta de la huella-arruga-marca, el vacío. Tomando algunas series tales como los “Pliegues,” los “Plenos,” contamos cómo se manifiestan plásticamente estas inquietudes.
JC: Me interesa registrar de alguna manera el paso del tiempo, inmortalizar su marca. Para ello, compro un plástico que ya viene doblado, dentro de una bolsa cerrada. Cuando lo abro y despliego en el piso, empiezo a recorrerlo con la mirada para encontrar el doblez perfecto. Son pliegues que yo no hice y por lo tanto que no controlo. Cuando lo encuentro, allí me detengo y me dispongo a pintarlo, con poca pintura en aerosol, respetando al máximo su frunce original. En estas series, tanto los “Pliegues” como los “Plenos,” me interesa que la pintura no se pierda y quede impregnada con el surco del material, como sostenida en el tiempo, logrando poner en pausa un instante.

MCB: Sobre el espacio y las instalaciones: contanos algunas experiencias concretas de los últimos tiempos donde las obras de pared—si bien muchas de ellas con volumen—pasan directamente a romper el soporte e intervenir el espacio del espectador.
JC: Soy arquitecta de formación por lo tanto me es imposible no pensar en el espacio. Suelo abordar el montaje de una obra, junto con el proceso creativo, por lo cual, no puedo separar uno de otro, sino que, muchas veces, la pieza es porque existe el espacio donde se emplaza. Me gusta hacer piezas de gran escala, que tomen gran parte del espacio, y que tan solo el tamaño genere impacto visual. Tal fue el caso de mi última muestra, en el Espacio Cultural San Andrés en Buenos Aires, donde monté una pieza de cuatro metros de ancho por ocho metros de alto y cinco metros de largo. Mi intención con la misma era precisamente tomar el espacio, arrancando por la pared y bajando hacia el piso, generando una división en la sala, donde tenías que recorrer la obra para pasar hacia el otro lado, de esta manera no solo se generaba un recorrido visual, sino físico por parte del espectador, haciendo de éste último una parte fundamental de la obra. Pues, así como, en este caso, no hay obra sin espacio, tampoco lo hay sin espectador.

Serie “Límites,” 2019. Pintura sintética sobre plástico, 7 x 2 metros. Foto: Julia Clutterbuck

MCB: También el hecho de trabajar la materia como tema, se manifiesta como una preocupación propia del arte moderno. ¿Te interesa esta búsqueda puntualmente?
JC: No me planteo las búsquedas previamente, sino que soy bastante intuitiva. Me siento, trabajo, investigo materialidades, las pruebo, fallo, acierto, y todo ese proceso me lleva a un lugar desconocido. Una vez que encuentro lo que me interesa y ese punto desconocido se vuelve propio, miro hacia atrás y analizo todo el recorrido. En definitiva, con esto quiero decir, que no hago de la materia un tema, pero sí es un aspecto por el que circulo, durante mi búsqueda. En los casos donde quiero que la materia se pierda o se impregne, me interesa el hecho en sí, lo que para mí esa pérdida o permanencia significa, pero no desde el punto de vista de la materia, sino del concepto. Igualmente, la materia es el medio que investigo y trabajo para poder lograrlo, aunque no es el fin por el cual lo hago.

MCB: Tus fotografías como registro de momentos fortuitos, también suelen por momentos plantear la reflexión acerca del límite entre las artes las artes plásticas y las visuales. ¿Cómo buscas incorporar lo digital en un trabajo tan material?
JC: Como no soy fotógrafa, esto hace que me quite presión, y que el resultado de las fotografías termine siendo un hecho totalmente espontáneo. Yo lo veo como una necesidad de congelar un escenario que se me presenta de forma casual, mientras transito una experiencia cotidiana. Es decir, que no salgo a la calle con el propósito de fotografiar cosas, sino que en el transcurso de mi vida, haciendo lo que sea que esté haciendo, se me presentan a veces ciertas imágenes que no puedo no registrar. Ahora bien, estas fotografías que tomo, no las considero un hecho artístico en sí mismo, sino que se convierten en tal, una vez que las agrupo. Guardo varias carpetas con archivos de fotos tomadas en diferentes momentos, y las junto por asociaciones estéticas, de colores, de diálogo de unas con otras. Me paso horas reuniéndolas, superponiéndolas, y generando, en muchos casos, una imagen, conformada de varias de ellas. Por lo tanto, si bien es un trabajo digital, tiene mucha manipulación mía, y esto la vuelve netamente artesanal. Igualmente, muchas de las fotografías que tomo, conviven muy bien con mis pinturas sobre plástico, y a veces las conjugo unas con otras, de esta manera la fotografía conviven con la materia pictórica.

Serie “Plenos,” 2018. Pintura sintética sobre plástico, 39 x 50 cm. Foto: Catalina Romero

MCB: ¿En qué estás trabajando para el futuro inmediato y qué ideas tienes para seguir investigando en tu producción?
JC: Estoy trabajando en diferentes ideas, por un lado tomar el espacio público y montar algunas piezas sobre empalizadas de obras en construcción, o en espacios abiertos, y ver cómo se comporta una instalación en plástico en la intemperie y con su entorno, cómo se va transformando. Asimismo, quiero ver de hacer montajes en obras en construcción, o en edificios abandonados. Registrar esos momentos, y hacer de eso la obra. Y en cuanto a mi producción, sigo y seguiré investigando el plástico y sus usos, y estoy muy interesada, y ya investigando de manera avanzada, la sublimación de fotografías en tela.