Propagaciones (detalle), 2007. Colonia de 50 esculturas robóticas realizadas con arandelas de metal, una varilla enroscada de 100cm, motores de descarte, una base de madera y componentes de electrónica analógica, medidas variables. Foto: Leo Nuñez

Prohibido Olvidar: Una Conversación con Leo Nuñez

Magíster en Tecnología y Estéticas del Arte Tecnológico de la UNTREF, con estudios previos en Ingeniera en Sistemas y Diseño de Imagen y Sonido en destacadas universidades argentinas, el artista y profesor académico Leo Nuñez—también Director Adjunto de la Maestría en Tecnologías y Estéticas de las Artes Electrónicas de la UNTREF—desarrolla una obra que desafía los límites entre las artes plásticas, visuales y el universo de las sofisticadas tecnologías electrónicas, especialmente interesado en analizar el rol de la tecnología en los países latinoamericanos y el vínculo entre el hombre y la máquina, todo ello atravesado por un análisis que compromete la mirada histórica y política. Co-fundador de Espacio Nixso (donde se fomenta la difusión del conocimiento tecnológico para artistas, escuelas, docentes y niños), Nuñez ha recibido destacados premios nacionales e internacionales tales como el premio VIDA 10.0 a obra realizada, el premio VIDA 12.0 a incentivo a producción de obra, dos Premios MAMba–Fundación Telefónica, un primer premio en el Salón Nacional y un segundo premio UNTREF a las Artes Electrónicas. Su obra ganó becas internacionales, residencias y se ha exhibido en innumerables muestras tanto grupales como individuales en galerías, centros culturales, fundaciones, ferias y museos de Latinoamérica, Europa y en los Estados Unidos, destacándose ARCO (Madrid, España), Cyberfest (The State Hermitage Museum, San Petesburgo, Rusia), “What’s on your mind?” (World Bank, Washington, DC), SIGGRAPH 2017 (California), File Festival (Brazil), Beall Center For Art  + Technology (Irvine, California), DXARTS (University of Washington, Seattle), Fundación Telefónica Argentina y Perú, Arte BA, CCK, Usina del Arte, Museo Nacional de Bellas Artes Neuquén, Festival Voltaje y Festival Propaganda de Colombia, Maker space de Chile, y las galerías argentinas Galería Pasaje 17, RoArts y Dacil Art. Vive y trabaja en Buenos Aires.

María Carolina Baulo: Es muy interesante que definas tu practica desde una mirada del artista latinoamericano, teniendo presente la historia y la política en esta búsqueda por entender el rol que juegan las tecnologías en las sociedades. Amplianos este enfoque. 
Leo Nuñez: Como artista latinoamericano mi interés se encuentra en indagar sobre el lugar que la tecnología ocupa en nuestra sociedad y en la relación humano-máquina. En mi producción hay una fuerte presencia histórica y política. Exhibo en mis trabajos los contextos económicos y políticos que atraviesan los países de mi región. Desde el espacio llamado de “subdesarrollo,” trabajo la obra tecnológica a partir de los conceptos de las últimas tecnologías pero utilizando materiales territorializados. Hablo y produzco desde un lugar y un tiempo concreto de las tecnologías. Por un lado, mi trabajo representa mi contexto social, en particular Argentina que es donde habito, pero que también se puede encontrar en él rasgos propios de otros países de Latinoamérica. De allí que utilicé para el desarrollo de mis obras lo que se denomina “low-tech,” que no es más que la utilización de componentes baratos o de fácil de acceso, aquello que tenemos a mano bien al Sur. Esta es una idea que puede interpretarse, no sólo como una decisión estética, sino también ideológica, y es por eso que pienso mis producciones como un sistema abierto, trasladando los conceptos de la filosofía open source al campo de las artes electrónicas donde lo importantes es mostrar y compartir el conocimiento, no patentarlo. Por otro lado, mi obra gira en torno al concepto de interactividad y la posibilidad de intervenir sistemas complejos a partir de la integración del espectador como elemento perturbador en el comportamiento de dichos sistemas. Es mi profundo interés que el arte electrónico escape de la homogeneidad cultural forzada por las tecnologías. Que el arte electrónico latinoamericano pueda crear su propio camino de producción, con rasgos que lo identifiquen por su propio contexto. Y que finalmente el arte electrónico pueda salir de la infancia tecnológica que lo limita.

Foto: Leo Nuñez

MCB: Utilizas materialidades que hacen eco con la situación socioeconómica de los países latinos. Buscas una suerte de “emancipación” y desarrollo del enorme potencial de las tecnologías, de alguna forma condicionadas por lo que defines como “homogeneidad cultural forzada por las tecnologías.” ¿Con qué materiales sueles trabajar y cómo los eliges?
LN: Generalmente la materialidad no la elijo, sino más bien utilizo la materialidad que la obra solicita. Soy parte de un grupo de artistas que entendemos que trabajar con tecnologías no significa trabajar forzosamente con las últimas tecnologías. Intento escapar del “festival tecnológico” que se apropia de cualquier dispositivo tecnológico solo por el uso de la novedad misma. Creo que en ese tipo de trabajos se pierde el interés tan rápido como pasa la “moda” de la novedad tecnológica que los gobierna. En una obra, las últimas tecnologías son tan valiosas como las de antaño. Lo importante es que dejen huella, que dejen una marca en el espectador. Es por esto que el lugar que ocupa la tecnología dentro de mi obra es conceptual, no meramente técnico. Intento a través de la materialidad tecnológica, hablar sobre la realidad de nuestros territorios y nuestras sociedades. ¿Qué materialidad me permite representar mi contexto? ¿La última tecnología disponible en el mercado o los restos de este mercado que inundan nuestras ciudades, casa y vidas? Trabajar con ciertas materialidades consideradas obsoletas en los países centrales, es un modo de reivindicar nuestra capacidad de resistir y resurgir de las crisis periódicas que atravesamos. En lo descartado y negado por los centros de poder es donde encuentro la potencia política de mi trabajo. 

MCB: Propagaciones (2007) es una obra que se ha replicado, como muchos de tus trabajos, en varios lugares de diversa espacialidad tales como Muntref, Galería Pasaje 17, Centro Cultural San Martín, Centro Cultural Recoleta, Espacio Fundación Telefónica en Argentina y Beall Center, California, ARCO Madrid, entre otros. Es este un buen ejemplo que amplia lo anterior, abordando el uso de tecnología low-tech. ¿Cómo se plasma en la obra esta búsqueda?
LN: Propagaciones es un sistema de autómatas celulares conformado por 50 robots low-tech, que explora la relación hombre/maquina, la materialidad robótica apropiándose de su diseño electrónico como forma del objeto y la posibilidad de un discurso crítico a partir del uso de la tecnología low-tech dentro de un paradigma computacional científico. Esta colonia de 50 esculturas robóticas fue realizada con arandelas de metal, una varilla enroscada de 100 centímetros, motores de descarte, una base de madera y componentes de electrónica analógica, todo realizado en una pequeña habitación en el conurbano bonaerense. Esa realidad espacial que dio origen a la obra se ve reflejada en cómo fueron compuestos y fabricados cada uno de los robots. El no contar con un taller propio en esa época, me obligó a trabajar en un espacio reducido donde todo debía armarse y desarmarse. Toda la obra entra en un cajón y esto también posibilitó que pueda circular por diversos espacios de exposición. Si me preguntas, nunca lo había considerado como un requisito para la obra. La realidad habitacional de ese momento me llevó a esa resolución. Pero también se puede observar la mano del artista en cada una de las esculturas robóticas que forman parte de Propagaciones. Se podría hasta especular mi estado de ánimo con solo mirar detalladamente cómo están soldados los componentes o como están estructuradas cada una de estas pequeñas esculturas. Pertenecen a una colonia, parecen ser idénticas, pero tienen rasgos que permiten diferenciarlas entre sí. Esa es la potencia del gesto artístico aplicado a una materialidad tecnológica. No busco que la estandarización y la automatización en la fabricación borren la huella del hacedor en cada una de ellas. Y esto es percibido en cuanto la instalación está en funcionamiento.

Propagaciones, 2007. Colonia de 50 esculturas robóticas realizadas con arandelas de metal, una varilla enroscada de 100cm, motores de descarte, una base de madera y componentes de electrónica analógica, medidas variables. Foto: Leo Nuñez

MCB: Una colonia de 15 robots hechos en acrílico, motores, LEDs, sensores, tornillos metálicos, componentes electrónicos, una computadora y un proyector o monitor, configuran la instalación Espacio cambiario (2010). Obra realizada para “What ’s on your mind?” (Banco Mundial, Washington, DC, 2011) y que recibió los premios Mamba y Espacio Fundación Telefónica. CABA, Argentina (2010). Contanos sobre este trabajo.
LN: Espacio cambiario es una instalación robótica que reflexiona sobre la dinámica del mercado cambiario, apropiándose de sus flujos de información para evidenciar la progresión del estado económico de nuestra sociedad materializando las pujas de las divisas en una colonia de robots, los cuales incorporan la territorialidad como forma de comportamiento en un espacio físico real. Siempre me interesó la economía y como hay cierta abstracción en sus conceptos que la hacen tan alejada de la comprensión del sentido común. Pero si uno presta atención ve que las políticas económicas responden a comportamientos básicos que podemos encontrar en distintas especies. Es así como pensé representar la inestabilidad del mercado cambiario en Argentina mediante un grupo de robots divididos por color. Cada color representa a una divisa: los blancos al peso Argentino, los verdes al dólar y los azules al euro. Estos seres robóticos se comportan territorialmente como animales cuidando su espacio, tratando de conquistar nuevos y expulsando a los invasores, pero el nivel de agresividad de estos varia en relación a la cotización de la moneda que representen en el mercado cambiario en tiempo real. Para lograr esto tuve que desarrollar un soft dedicado, un sistema de comunicación inalámbrica, una base de datos y contar con conexión a Internet para actualizar los datos en tiempo real. Fue una gran experiencia poder mostrar esta obra en el Banco Mundial, y dar cuenta en el centro mismo de la toma de decisiones, de la violencia que se ejerce sobre distintas sociedades a partir de medidas económicas tomadas en una sala de reuniones.

MCB: Infectos (2012) nos presenta una nueva colonia de robots en madera, PVC, mangueras, leda, motores, tornillos. Y toda la electrónica a la cual ya nos tienes acostumbrados. Recibió los premios Vida 12.0 Producción, Fundación Telefónica. Madrid, España (2009) y Feria Tecnológica, Fundación Telefónica. Bueno Aires, Argentina (2012). Contanos sobre esta obra y su desarrollo, el cual hace un eco cual presagio, con la pandemia atravesada los últimos años.
LN: Infectos se plantea como una obra que sigue los pasos de la anterior. Creando un ecosistema de robots autómatas donde cada objeto robótico es infectado por tres virus diferentes que intentan definir su comportamiento. La lucha de los virus se visualiza en los colores que el objeto va tomando y da cuenta de la velocidad con la que se propagan en una comunidad. Pensemos que esta obra fue casi contemporánea a la pandemia de gripe A del 2010 y que tranquilamente hoy tiene la misma vigencia. Los robots se contagian entre ellos—cuando dos se aproximan se intercambian virus dando como resultado un nuevo estado, un color que compartirán. El estado de la obra está dado por la evolución de los contagios y la evolución de los virus internos a cada robot y es monitorizado a partir de un sistema de seguimiento que va mostrando en una pantalla la circulación del virus dentro de la comunidad. En un punto ya se pierde el origen del virus, todo es circulación.También me interesa plantear la similitud entre la propagación de los virus y el comportamiento similar que tienen la propagación de las fake news o noticias falsas. Perdemos la noción de cuál fue su origen, solo percibimos la circulación. Lo dejo abierto para que el espectador saque sus propias conclusiones.

Infectos (detalle), 2012. Colonia de 12 robots realizadas con madera, pvc, mangueras trasparentes, motores, leds, tornillos metálicos, componentes electrónicos, una computadora y una cámara infrarroja, medidas variables; mínimo: 600 x 400 cm. Foto: Leo Nuñez

MCB: Desilusiones ópticas (2014) cuenta con un sin fin de réplicas. Se ha exhibido internacionalmente a los largo de los años en varios países latinoamericanos entre ellos Colombia, México y Argentina, especialmente en la ex ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada). Aquí aparece fuertemente la raíz política de tu obra. Me gustaría que desarrolles un análisis de este trabajo.
LN: Cada cuatro años, cuando se avecina el mundial de futbol, las huellas de la historia trágica de mi país se reavivan. Esta obra surgió en la previa al mundial de futbol 2014. En la actualidad donde la sensibilidad de los sujetos está saturada de estímulos, donde la vida cotidiana pasa a través de las pantallas, intentar despertar la reflexión en los mismos necesita de medios acordes a esta realidad. El 24 de marzo de 1976, se instauró en Argentina una dictadura cívico militar. Durante el proceso se impulsaron la persecución, el secuestro, la tortura y el asesinato de manera secreta y sistematizada de personas por motivos políticos y religiosos. La propaganda fue un instrumento muy importante para publicitar su ideología y el deporte fue una herramienta más útil aún. En 1978 se organizó el Campeonato Mundial de Fútbol, utilizado como ilusión óptica para ocultar el Terrorismo de Estado. Aquel mundial se caracterizó por un festejo particular, el gesto de lanzar papelitos al aire era la forma de festejar las victorias del equipo en las competencias. Dicho gesto se sigue utilizando en la actualidad. Desilusiones ópticas se apropia de la tecnología interactiva propia de los videos juegos para indagar en las contradicciones sociales de esa época. Como en un juego, los espectadores son invitados a participar lanzando papelitos al aire pero la obra se apropia de esos gestos de celebración para develar los rostros de los desaparecidos. Confronta la dualidad entre los festejos y las atrocidades ocurridas al mismo tiempo. Olvidar es uno de los mayores problemas de una sociedad, este proyecto apela a la memoria.  

MCB: En este punto me gustaría introducir una pregunta clave, dado que tus obras se muestran en espacios muy diversos a través de los años: ¿Cómo crees que condiciona o modifica la obra el espacio que la contiene y cómo sueles abordar estos cambios? Es decir, ¿sufre la obra alteraciones para adaptarse al contexto?
LN: Las obras no lo sufren adoptan al espacio como nuevos continentes simbólicos. Por ejemplo, Desilusiones ópticas se ha exhibido en “La sin futuro,” un espacio cultural que estaba pronto a desaparecer como tal, en la ex ESMA, el Museo de la Memoria de Rosario, dentro de una cárcel de esclavos en La Rochelle en Francia, en Bogotá durante los recientes tratados de paz, entre otros. Creo que en cada uno de esos espacios el trabajo se re significa y se potencia. 

Desilusiones ópticas, 2014. Sistema de soft dedicado de computer vision, un sensor Kinect, una base de datos de con más de 1000 imágenes y un proyector en posición vertical, medidas variables. Foto: Leo Nuñez

MCB: Lo recuerdo (2016) nos acerca una vez más al tema de la memoria. Un trabajo basado en un relato de Borges llevado a la práctica a través de un sistema de control que registra todas las acciones del espectador sobre el dispositivo, condenadas a ser olvidadas pero que la tecnología “recuerda.” Las últimas manifestaciones de este trabajo fueron en dos destacadas muestras curadas por Rodrigo Alonso: “Arte en Juego” (Fundación PROA, 2021) y Tecnópolis (2022), ambas en Buenos Aires. 
LN: “Lo recuerdo” son las primeras palabras del cuento ficcional “Funes el memorioso” de Borges, que relata haber conocido a Ireneo Funes: un joven con una memoria prodigiosa, recordaba con detalle cada preciso instante, cada imagen, cada sensación y podía evocarla sin pasar por alto ningún detalle: “Mi memoria, señor, es como vaciadero de basuras.” Olvidar es parte del proceso de memorizar, a los recuerdos los distorsionamos cada vez que los reconstruimos con las intenciones que le otorgamos con el presente. La particularidad de esta máquina de escribir es que puede recordar. Recuerda las acciones de los espectadores con exactitud. Así como Funes tardaba un día en relatar un día, esta máquina recuerda las acciones de todos los espectadores del día anterior. Trayendo al presente sus recuerdos, incorporando en las matrices de relés la letra presionada al mismo momento que fue presionada exactamente 24 horas antes. Los textos escritos se mezclan: entre los recordados y los presentes generando una vinculación entre los espectadores de ayer y de hoy, y estos últimos con los de mañana. De este trabajo me gustaría destacar que la obra no utiliza caprichosamente cualquier tecnología, sino que está desarrollada con muchos de los componentes electrónicos de los años 40, años en que Borges presentó el cuento. Tantos los relés, como la máquina de escribir, la disposición de los cables y las lógicas de construcción. Es interesante poner énfasis en la discusión que Borges plantea: si recordar todo es bueno, y si recordar todo es ser inteligente. Discusiones contemporáneas que han resurgido con la aparición del Big Data. La obra reaviva estas discusiones, anclando a la misma en un periodo temporal presente y pasado con la tecnología que presenta. Por otro lado, también es importante analizar cuando surge este trabajo. Su primera presentación fue en el Centro Cultural Kirchner en el año 2016. Participó de la primera muestra de la reapertura del museo con Mauricio Macri como presidente, quien pertenece a una línea opositora a Kirchner. Este espacio cultural, ex Correo Central, privatizado, comprado y fundido por el propio Macri en carácter de empresario, se convirtió en un espacio de disputa simbólica y política. Lo importante de esta pieza, es que, en ese contexto de entrecruzamientos, le daba la posibilidad de la palabra a quien quisiera ser parte de la construcción de la memoria. La obra le otorgaba a cada espectador ser parte creadora de esa memoria, que al otro día volvería a ser leída. Lo recuerdo es una instalación de medidas variables según el espacio de la sala. Un mínimo de 600 x 400 x 500 centímetros. Es un sistema de control de 900 relés con luces que cada uno se pega en la pared de la sala en una posición determinada. Consta de 3000 metros de cables aproximadamente, 40 placas de control digital, componentes electrónicos, una máquina de escribir con un sistema mecánico de censado, una red inalámbrica y una computadora con un soft dedicado (que realiza el control del sistema en general) con una base de datos donde se guarda todas las acciones de los espectadores (C++ y Arduino).

Lo recuerdo, 2016. Sistema de control de 900 relés con luces, 3000 metros de cables aproximadamente, 40 placas de control digital, componentes electrónicos, una máquina de escribir con un sistema mecánico de censado, una red inalámbrica y una computadora con un soft dedicado (que realiza el control del sistema en general) con una base de datos donde se guarda todas las acciones de los espectadores (C++ y Arduino), medidas variables. Foto: Leo Nuñez

MCB: A partir de un lienzo realizado con descartes de tarjetas madre de computadora, se desarrolla Turbio (2016), obra que recibe el Segundo premio Adquisición Untref a las Artes Electrónicas (2016). Aquí cuestionas, una vez más,  las relaciones de poder inherentes a las sociedades: las relaciones de fuerzas. ¿Qué puedes contarnos sobre este trabajo?
LN: Dediqué tiempo de desarrollo a cada componente de la obra; el soft dedicado que realiza la animación de los fluidos y el control y detección de las acciones de los martillos, la construcción del lienzo a partir de la recolección y recuperación de las mother de CPU en desuso. Indaga en la relación de fuerzas dentro de un sistema de fluidos y de un territorio, como metáforas de ciudades, sistemas sociales y perturbaciones. Estas fuerzas son visualizadas a través de manchas oscuras que se dispersan, ocultando en capas a la arquitectura del lienzo. Los generadores de fuerzas son una serie de martillos de jueces que con sus golpes ponen en tensión las fuerzas ya presentes, generando perturbaciones en los sistemas sociales continuamente inestables. Nuevamente es interesante contextualizar la producción del trabajo. En Argentina el poder judicial no es elegido por el pueblo, más bien es una casta de auto-elegidos muy distante del mismo. La toma de decisiones de este poder, y gracias al arcaico sistema de justicia, en muchos casos repercute en la sociedad negativamente. Este trabajo forma parte de una serie que, metafóricamente o no tanto, visualiza esas perturbaciones provocadas por la injusticia social del poder judicial. Turbio es una tela realizada con descartes de tarjetas madres de computadoras en desuso. También, posee seis martillos de juez de madera mecanizado. Realizadas con motores, madera, barras de acrílico, piezas impresas en 3D, componentes electrónicas, una computadora y un proyector.

Turbio, 2016. Lienzo realizado con descartes de tarjetas madres de computadoras en desuso, 6 martillos de juez de madera mecanizado, motores, madera, barras de acrílico, piezas impresas en 3D, componentes electrónicas, una computadora, un proyector y un soft dedicado que realiza la animación de los fluidos y el control y detección de las acciones de los martillos. (Processing y Arduino), 180 x 140 x 50 cm. Foto: Leo Nuñez

MCB: Desequilibrios (2019) aborda el tema de la desigualdad económica en tanto poder adquisitivo de un trabajador. Como casi todas tus obras, se adaptó a distintos espacios y se divulgó internacionalmente: México, Uruguay y Argentina. Contanos sobre este trabajo.
LN: Este proyecto examina los desequilibrios de aumentos o decrementos del poder de adquisición de un salario mínimo de un trabajador, en sus tres necesidades básicas: alimentación, transporte y vivienda. Desequilibrios explora las inestabilidades económicas que suceden en Argentina. Indaga, con datos reales, los cambios mensuales que la sociedad afronta por las variaciones económicas. Una de las problemáticas principales de la economía para una sociedad es la inflación en relación al salario mínimo. Las variaciones de los costos de los artículos de canasta básica familiar impactan fuertemente en las economías domésticas. Y cada movimiento de precios crea incertidumbres en la población, un nuevo desequilibrio. El producto visualizado en el proyecto inicial fue el valor del kilogramo de carne, ya que presenta un producto de alto consumo arraigado a la cultura de Argentina y forma parte de la canasta básica de alimentación. En el proyecto final (de tres objetos) se visualizó el valor de combustible y también el valor del m2 de una vivienda en Buenos Aires. El periodo de tiempo analizado es desde junio de 1993 a diciembre de 2022. Nuevamente es interesante pensar en el contexto de producción. Argentina es un país con tradición de inflación económica, donde los valores de los objetos de la canasta básica suben constantemente, pero no es así con los salarios. Este desbarajuste golpea a clases medias y bajas. Las planificaciones de económicas domesticas se vuelven imposibles a medio y largo plazo. El 2022 tuvo una inflación del %100 muestras que en los países centrales no superan al %10 (como un mal año). De allí, de estas incertidumbres económicas surge este trabajo, con el interés de visualizar los desequilibrios de las economías domésticas. Desequilibrios está integrado por una colonia de tres objetos robóticos suspendidos del techo. Realizadas con motores, madera, tornillos metálicos, componentes electrónicos, una computadora Raspberry PI 3b y un monitor. El sistema posee un soft dedicado, una base de datos y un sistema de comunicación inalámbrica (Processing, Arduino y Xbee).

MCB: Reperfilando (2020) recibe una mención de honor en el Premio Itau de Artes Visuales 2020 y se exhibe en el espacio El Obrador en Buenos Aires al año siguiente. Aparece aquí un tema clave planteado al principio: el rol del espectador como “elemento perturbador.” Desarrollemos este punto tan interesante con esta obra como ejemplo.
LN: Reperfilando es una instalación robótica formada por una colonia de entes indóciles. Se apropia de un nuevo término político: reperfilar es un neologismo usado para referirse a la reestructuración de la deuda en general, que alude al cambio de perfil de vencimiento. La obra expone en su comportamiento las fluctuantes orientaciones de las metas económicas como un sistema indeciso. La obra admite la comunicación con los espectadores que les permite a estos perturbar al sistema con su presencia. Este trabajo surge con la llegada de un nuevo gobierno a Argentina. Un gobierno de coalición que agrupa diferentes partidos políticos, con Alberto Fernández como presidente de la nación. Un gobierno que prometía equilibrio y dialogo para zanjar las diferencias sociales, económicas y políticas. Lleno de tranquilidad ante las urgencias y la falta de acción se convirtió en una veleta que no deja de apuntar hacia quien sopla más fuerte. Ya no es una brisa de renovación, sino se deja arrastrar por los vientos de siempre. En este trabajo, esa ventada son los espectadores, que al aproximarse a la obra perturbaciones en el comportamiento de las veletas, las que giran hacia ellos. Con algunas veletas girando a derecha y otras a izquierda, marcando así una grieta central en la obra, como metáfora de las diferencias internas del gobierno de coalición.

Reperfilando, 2020. Colonia de 32 veletas mecanizadas, realizadas con madera, papel y tornillos metálicos, componentes electrónicos, una computadora, un sensor Kinect, un soft de computer visión dedicado y un sistema de comunicación inalámbrica (C++ y Arduino), 150 x 100 x 50 cm. Foto: Leo Nuñez

MCB: Me gustaría saber, ya cerrando, cómo haces para encontrar distintas formas de plasmar materialmente un eje conceptual que se mantiene vigente en toda tu obra a lo largo del tiempo. 
LN: Gracias por la observación. Solamente siendo honesto intelectualmente con mi obra, sin dejarme avasallar por las nuevas tecnologías, ni por la globalización que intenta homogenizar los pensamientos críticos y, sobre todo, recordar que el arte electrónico, antes que nada, es arte. Y el arte es un acto de resistencia. Gracias.