Nacida en Génova, Italia, Samantha Ferro es licenciada en artes visuales con orientación en escultura por la Universidad Nacional de Córdoba. Con amplia formación práctica en talleres, seminarios y clínicas de perfeccionamiento en el campo de las artes visuales, fotografía y diseño de indumentaria, su obra opera en torno a la problemática del cuerpo como territorio donde se definen las construcciones de identidades específicas a partir del uso, mal uso y abuso del cuerpo. Para tales fines, la joven artista despliega una variada cantidad de materialidades para poner en obra, de manera contundente, aquello que muchas veces es silenciado. En 2023 completó la XIV edición del Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella pero ya anteriormente participó del Programa ArtistasxArtistas y ABELE así como del Programa de Residencias de Marco Arte Foco de Fundación Tres Pinos. Obtuvo distintas becas de perfeccionamiento y producción artística: fue seleccionada en el Encontro de Artistas Novos Cidade da cultura de Galicia, realizó la residencia R.A.R.O Buenos Aires; participó de Proyecto Yungas, Manifiesto Alegría y del Programa de Diseño de colección e indumentaria en FAUD (Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño) y su obra se mostró en destacados espacios culturales, galerías de arte y salones. Se destacan entre sus exhibiciones individuales “¿Para qué sirven las espinas?” (Galería Acéfala, Buenos Aires, 2021), “Cuerpos invisibles,” en el marco de la residencia R.A.R.O (Espacio Cavallero, Buenos Aires, 2016), y colectivas: “Monumentos que crecen hacia adentro” (CHELA, Buenos Aires, 2023), “Para incrustar el hielo, para caminar sobre el agua” (Bithouse, Córdoba, 2022), “FF” (Espacio Flores, Córdoba, 2020), “Presentación en sociedad” (Media Galería, Cap. Fed., 2020), “La sala que habito” (Cabildo De Córdoba, 2018), “Casa de Córdoba“ (La Ira de Dios, Buenos Aires, 2017) y “Los procesos y las cosas” (Piccadilly Galería de Arte Contemporáneo, Córdoba, 2016). Vive y trabaja en Córdoba, Argentina.
María Carolina Baulo: Empecemos por delinear esa definición que haces de tu práctica artística como “proceso de construcción de identidades específicas.” ¿A qué te refieres específicamente?
Samantha Ferro: Partiendo desde un ejercicio de comprensión de la vulnerabilidad del cuerpo y pensándolo como un lugar de sujeción, abriendo el debate en torno a los usos que lo habitan y la naturalización de algunas prácticas de contención, dominación y dependencia, surgen los disparadores para pensar mi producción como un proceso de construcción de identidades específicas. Busco señalar los vínculos no siempre visibles entre moda, ortopedia, religión y consumo. Los sistemas de poderes han trabajado sobre el orden de los cuerpos creando patrones propios de normalidad y gestando modelos hegemónicos de reproducción de visualidades corporales. Trato de construir a partir de este conjunto de factores, identidades que estén caracterizadas por una composición de multiples elementos que poseen ciertas connotaciones volviendo a las piezas entidades específicas, entendiendo al cuerpo como un espacio enigmático y en construcción permanente donde se yuxtaponen materiales de sensibilidades opuestas como ejercicio de comprensión de la fragilidad que nos invade. Me gusta pensar mi trabajo en relación a los vínculos siempre tensos con nuestra historia de supervivencia, yendo de lo personal a lo impersonal en un devenir caótico.
MCB: ¿Y con qué materialidades trabajas para visibilizar el concepto de tu obra?
SF: Me interesa experimentar bastante con los materiales e ir descubriendo diferentes usos a los cuales se les pueden atribuir y generar nuevos vínculos entre ellos. Generalmente trabajo con técnicas tradicionales en relación a la escultura y a lo objetual, a partir de esto llevo a cabo la construcción de determinados artilugios en materialidades con distintos procesos de transmutación, conservación y deterioro como resina, hierro, bronce o técnicas textiles, entre otros. A su vez, en la mayoría de los casos, mis trabajos están realizados a escala propia con un sistema de diseño de moldería básica de indumentaria y generalmente están pensados como sostenes/prótesis/accesorios. Utilizo cadenas de hierro, resina u otro elemento para crear series de esculturas que son simultáneamente corporales e industriales, frágiles y duras. El uso de los distintos materiales que voy seleccionando acentúan la diferencia entre la fragilidad de la vida con los duros parámetros de la estructura exterior. Las estructuras de hierro son como andamiajes, como si fuesen esqueletos proporcionando a la entidad forma y estructura, mientras protegen a los preciosos órganos del cuerpo.
MCB: Fragmento (2019), compuesta de placas de cemento bordadas con hilo dorado, nos introduce en ese universo de simbolismos que nos mencionabas antes. Contanos sobre este trabajo.
SF: La obra está compuesta por cinco placas de cemento bordadas que en su totalidad son un fragmento de la letra de “Pagan poetry,” un párrafo de una canción de Bjork traducida al castellano y reversionada a mi manera. Como mencioné anteriormente me interesa bastante el hecho de experimentar con los materiales y quizás darle un uso “imposible.” Adopté la técnica de la costura en mi adolescencia y curiosa por el abanico de posibilidades que me ofrecía pasé a bordar telas, fotografías, plásticos, resinas y fue un desafío bordar una superficie totalmente dura y tosca. Las placas de cemento están asociadas en algún modo a las placas funerarias, de esas que perduran en el tiempo y recuerdan quien fuiste. Me gustó pensar la convivencia de un material de construcción con el hilo dorado metalizado, bordar ese párrafo fue el plan de traspasar con la aguja estos volúmenes y que el hilo vaya uniendo cada orificio con el otro, metal que atraviesa cemento, metal que atraviesa la carne casi como un piercing quizás. La dureza del cemento como material de edificación de la solidez y la fragilidad de lo dado por la costura abre un relato ambiguo que deambula entre lo vivo y lo eterno, entre la herida y la sutura, entre lo denso y amoroso.
MCB: Tu trabajo incluye lo performático. Tomemos Conmemoración (2019) por ejemplo para abordar esa faceta de tu obra. Personalmente, los registros tomados de la acción me hicieron acordar mucho a la obra de la artista cubana Ana Mendieta.
SF: En el año 2019 realicé una acción, en mi casa, éramos dos amigos que hicieron el registro y yo. La misma consistió en pasar una aguja de coser a mano e hilo rojo por mis perforaciones corporales realizadas durante mi adolescencia (orejas, nariz, boca, lengua, pezón y ombligo), traspasando la piel, uniendo estas marcas y formando un recorrido. Mi cuerpo comenzó a ser una superficie maleable, donde la costura permitió modificar y modelar el cuerpo, a través de tensiones y traspasos. Concibo al cuerpo como un territorio denso, entendiendo a las heridas como parte de un proceso de aprendizaje en donde lo corpóreo está ceñido a las búsquedas y exploraciones auto-infringidas. El acto de perforar la piel lo considero como la conmemoración de algún evento, suceso o experiencia a través de una marca en el cuerpo. Utilicé esta práctica como un intento para llenar un vacío, mediante mi propio dolor o de recordar desde la sutura. La utilización del hilo rojo para unir cada una de estas marcas fue primordial, ningún hecho puede estar aislado del otro para su existencia. Después de realizar esa acción quedó en mis manos el registro en fotografías y video y una experiencia íntima que me/nos movilizó, tomando las heridas como un motor para continuar. Ana Mendieta sin dudas es una artista que admiro muchísimo y me siento identificada en esta serie con sus trabajos y manifestaciones. No fue una referente directa en ese momento ya que no conocía en detalle su obra que luego sí investigué mas a fondo, encontrando varios puntos en común, sin duda. Anterior a esta acción venía trabajando bastante con fotografía vinculándola siempre a lo tridimensional. Sabía que esta acción iba a ser única y quizás no volvería a repetirla, ni a realizar otra acción. Necesité realizar este ritual, concentrándome en la relación física y espiritual unida al dolor y al placer.
MCB: A propósito de lo mencionado anteriormente, aprovecho también para preguntarte sobre tus referentes creativos.
SF: Debo decir que mis mayores referentes en este momento están vinculados al diseño de indumentaria, industrial, arquitectura o la joyería. Admiro y observo muchísimo artistas como Lygia Clark, Rebecca Horn, la misma Ana Mendieta, Alexander McQueen, Martin Margiela, entre muchos más.
MCB: Muy importante fue la muestra “¿Para qué sirven las espinas?” realizada en 2021 en la galería Acéfala en Buenos Aires. De ahí sale un trabajo, un tríptico que obtuvo una mención en escultura en el Salón Nacional 2022. Contando de qué obra se trata y el proceso de elaboración trabajando nuevas materialidades como el hierro y la resina.
SF: Cuando comencé a realizar estas piezas estaba incursionando de a poco en trabajar este metal que es el hierro. Por supuesto en la facultad, aquí en Córdoba, nos habían enseñado lo básico, pero quería exprimir este metal al limite y transformarlo en algo precioso. Le otorgué muchísima importancia al tiempo de elaboración y tratamiento de cada pieza y en experimentar fórmulas de cambio de estado en la materia y así generar un vínculo emocional y espiritual con las mismas. Lo mismo pasa con la resina que, a diferencia del hierro, con este material vengo trabajando hace muchos años, el cual siempre me llamó la atención por su cambio de estado, las cantidades de posibilidades que da y su encantadora transparencia. Cada pieza esta forjada de manera individual, pero considero propicio que convivan juntas, ya que se pueden intercambiar sus partes entre ellas. Las formas de los artilugios están inspiradas en las colleras que se utilizan para ciertos animales, como los caballos, para arrastrar o llevar una carga. Me interesó este punto para la elaboración de las piezas, atribuyéndoles un preciosismo insólito generando otras posturas y símbolos en relación con nuestro cuerpo.
MCB: La obra Espina (2021), también comparte esa misma muestra y materialidades, pero cambia la escala. ¿Cuál fue el desafío en este caso?
SF: La obra fue pensada para ser la de mayor tamaño de mi última muestra individual “¿Para qué sirven las espinas?” (tiene exactamente mi misma altura) y, desde el primer momento, fue pensada y creada para estar al centro de la sala y que ésta, de algún modo, contuviese a las demás piezas. La misma está inspirada en la triada por la que está compuesto el ser humano: mente, alma y espíritu y en la base un corazón que con una articulación de equilibrio perpetuo sostiene las acciones y pensamientos y, por otro lado, representa un símbolo que tengo tatuado y que se encuentra a lo largo de toda mi espina dorsal, un símbolo que me representa y me sostiene.
MCB: En Collar/corona (2021) introduces, además del hierro, los imanes y las telas: creppe marroqui, tafeta. Contanos cómo te inspiras para realizar esta obra, la cual también participa de “¿Para qué sirven las espinas?” pero, además, es seleccionada en el premio 8M de 2022 y obtuvo una mención en el Salón Nacional 2023.
SF: Inspirada en un traje de la diseñadora de moda japonesa, Rei Kawakubo, la obra está compuesta por dos partes: por un lado, el soporte que está sujeto a la pared es totalmente de tela con una estructura metálica interna que permite que la misma se mantenga erguida, además de tener un relleno que le otorga volumen al textil. Por otro lado, se encuentra el objeto circular metálico central el cual se imanta en la tela y permite su suspensión. El mismo está pensado a modo de collar/gargantilla ya que posee un sistema de abrir/cerrar que permite el empleo y ser adosado al cuerpo. Al momento de pensar y realizar esta obra me interesó conservar la forma circular en su totalidad, representando la eternidad y la plenitud y que los usos posibles queden en la fantasía de cada uno y así volver al punto inicial, que quede en el misterio las decisiones y los porqués.
MCB: Una pieza contundente si las hay es Cinturón (2021), realizada en hierro pero gracias a los apliques de resina y acrílico y a su tamaño natural, la pieza pivotea entre la supuesta delicadeza de la femeneidad y los dispositivos de sometimiento explícitos. Además, fue una obra que participó del premio Klemm 2022. Amplianos por favor.
SF: Es una pieza realizada a mi propia escala, como la mayoría que integraron la muestra. Está compuesta por dos brazos metálicos que van adosados a la pared y sostienen al cinturón del cual cuelgan cadenas y gemas. En esta obra quise señalar los vínculos entre moda, ortopedia y consumo y de cómo el sistema ha trabajado sobre el disciplinamiento del cuerpo, y creó patrones de “normalidad” estableciendo modelos hegemónicos de visualidades corporales. Este cinturón, inspirado en un diseño de arnés de Alexander McQueen, ejemplifica de un modo claro cómo las funciones sociales del vestir condicionan las formas propias de los cuerpos originando a su vez nuevos comportamientos, posturas y performatividades. Podemos decir que el cuerpo es un objeto público digno de ser tipificado, legislado y moralizado para su adecuación social.
MCB: Contanos sobre los trabajos realizados durante la pandemia. No tienen título y en algunos de ellos incorporas cenizas como una nueva materialidad. Pero, además, tienen el plus de estar en contexto de una experiencia personal dolorosa. Me gustaría que compartieras los entretelones de estas obras. Una de ellas fue seleccionada, en esta oportunidad en el premio 8M de 2023.
SF: Realicé una pequeña serie de obras durante el ultimo año de aislamiento. Ninguna de ellas tiene título, volqué todo lo que quería decir en su morfología y materialidad. La serie es un homenaje a mi madre, quien falleció en el 2021 a causa de este virus. En una de ellas incorporé cenizas como inclusión a la resina; el eje de esta obra es el vínculo que nos unía y las cosas que nos quedaron pendientes, por decir y por hacer. La obra fue pensada como una fusión entre un instrumento hospitalario y la posición de un individuo cabizbajo y en cada extremidad, dos pendientes donde quedaron encapsulados los recuerdos que tienen su propio peso y generan una sensación dicotómica. Otra de las obras está compuesta por 24 varillas de hierro dispuestas en forma de costillas y un bloque de resina, el cual está colocado al medio y sostiene la estructura generando una sensación de suspensión. En esta obra intenté materializar la vida y la muerte, deseando encapsular el alma y que esta perdure en la eternidad.
MCB: Un trabajo más reciente y donde tu propio cuerpo entra en juego directamente, una vez más, con la obra es Lo que vos hiciste de mi (2023): un soporte de hierro, cadenas y resina en formato grande. Aprovecho este trabajo para preguntarte, además, sobre la espacialidad que ocupa tu obra y el vínculo con el espectador. ¿Cuánto tienes en cuenta esos dos jugadores en la concepción/disposición de tu obra en general? Como si fuera poco, esta obra estuvo emplazada en la muestra “Monumentos que crecen hacia adentro,” exposición final de la XVI edición del programa de artistas de la Universidad Di Tella (UTDT).
SF: La obra está compuesta por varios metros de cadenas y nueve piedras rojas realizadas en resina que cuelgan como dijes o piedras preciosas, todo suspendido desde un gran soporte metálico que cuelga del techo. Cada eslabón tiene su sentido en la reactualización de un recuerdo. Lo que engarza es una pieza para mí preciosa, roja y translucida, hecha en resina y marcada en bajorrelieve con un símbolo. Los dibujos que contiene cada piedra son réplicas de los tatuajes que me fui realizando a lo largo de mi vida, tatuajes que, a la vez, comparto con otras personas o me los realicé para recordar a alguien, al cual necesité recordar de esa manera. Me gusta pensar esta obra como un collar totémico, como un rosario personal, como la conmemoración de historias que se cruzan y las promesas de un para siempre. Hasta el momento es la obra mas grande que realicé y fue todo un desafío, desde el imaginario, la prueba y la puesta en escena. Mide tres metros de alto y por primera vez también pensé una obra para que el espectador se pueda sumergir y pueda tocar libremente. En general pienso siempre o casi, a mi producción como algo que pueda ser utilizado, por tanto, manipulado como accesorio/prótesis/extensión, pero a la vez, a raíz de realizarlas a cierta escala, no invita tanto a eso y queda mas en una insinuación. Con esta obra fue distinto. Al ser algo más monumental, el público entraba, se colocaba debajo de las cadenas y tocaban las piedras descifrando los símbolos.
MCB: Es impresionante el nivel de reconocimiento que han tenido tus trabajos a lo largo de los años en premios destacados nacionales. Para ir cerrando, completamos con la obra X (2023,) seleccionada para formar parte del Salón Osde 2023 y que recibió uno de los premios regionales. Aprovechemos este trabajo para que nos cuentes sobre tu relación con los premios y el reconocimiento de los pares en general.
SF: La obra es un gran abridor/aro/joya que generalmente se coloca a las recién nacidas para su distinción sexual, es una primera marca, un primer dolor, un sello a sangre. La obra está compuesta por un diamante de gran tamaño de color rojo, un engarce largo y fino que en su extremidad superior posee una punta afilada y un inmovilizador de manos, posicionado en lugar del cierre de este gran arete. Este artilugio, el peso y escala de la joya y la sensación de incomodidad ejemplifica cómo las funciones sociales condicionan y avasallan, imponiendo comportamientos y simbologías. Me sentí muy contenta al recibir este reconocimiento y más aun con esta obra que la venía gestando hace un tiempo. Me interesa que mis obras vayan pasando por distintos lugares y que lleguen a públicos diversos y los premios son una buena excusa para que distintos agentes de distintos lugares conozcan lo que hago. Soy del interior del país y a veces es más complicado tener visibilidad por ende, los salones y premios son, desde mi punto de vista, una herramienta para una participación federalizada.
MCB: ¿Qué se viene para el futuro?
SF: En enero del 2024 fui invitada por la curadora cordobesa Mercedes Lopez Moreira a participar de la feria Fast en Santiago de Chile, más precisamente en una sección llamada “subterráneo” que estaba centrada en este concepto, como una dimensión material e inmaterial donde habita lo que sucede en lo oculto, lo profundo y lo que sostiene todo. Luego estaré trabajando y produciendo mi próxima exposición individual para la segunda mitad del año, la cual me tiene muy feliz y con muchísima ilusión.