Revolución, 2022. Acero inoxidable, 200 x 200 x 300 cm. Foto: Laureano Falcone

Un electroshock creativo: Una Conversación con Fernando Poggio

Hace varios años escribí sobre la obra de Fernando Poggio. Leyendo mis propias palabras, encuentro que siguen respetando el espíritu de su trabajo.  Dije entonces, y me cito: “Diseñador y artista visual, Fernando Poggio crea objetos de diseño y pinta obras apasionadas de pura materia, explosivas visualmente que impactan en la percepción del espectador por su tamaño y por la estridencia de los pigmentos, apelando casi exclusivamente a un lenguaje abstracto como estética creativa desde donde experimentar, desafiar sus propios límites y espacios comunes, repensar una realidad muchas veces agobiante y reinterpretarse, reconvertirse y reconocerse en cada impulso recibido sobre el soporte como el impacto de una expresividad urgente.”  Formado como diseñador gráfico en la Universidad de Buenos Aires y como artista visual, habiendo transitado importantes talleres y clínicas de arte con Carlos Gorriarena, Juan Doffo, Alejandra Roux, Augusto Zanela, Manuel Amestoy, Fabiana Barreda y siempre acompañado por la mirada creativa de Sergio Bazán, Poggio logra balancear a lo largo de décadas de trabajo, una enorme cantidad de producción de objetos, esculturas, mobiliarios, joyería y pinturas, rompiendo la barrera de las categorías estancas y las fronteras arte-diseño. Exhibió de manera individual y colectiva tanto en Argentina como en el exterior en espacios tales como el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), el Museo de Arquitectura y Diseño (MARQ), la Embajada Argentina en Washington, la Fundación de Investigación de Diseño Argentino (IDA), el Palacio Duhau de Buenos Aires y la Fundación Fortabat, entre otros, así como galerías nacionales e internacionales. Su obra, dado su amplio rango creativo, se encuentra en muchas colecciones privadas internacionales—como objetos de diseño, sillones, lámparas, instalaciones, pinturas en aluminio, monumentos en la vía pública y premios-estatuillas.  Vive y trabaja en Buenos Aires.

Banco Wave, 2016. Aluminio anodizado, 51 x 144,5 x 54,5 cm. Foto: Estudio Quiroga Caraffa

María Carolina Baulo: En lo personal, considero al diseño como arte; me resulta obsoleta la categorización que los separa. ¿Cuál es para vos el rol del artista, del arte, del diseño? Hablamos de los conceptos que rigen tu obra en general.
Fernando Poggio: Mi obra habla del infinito, del tiempo, del pasado, del presente, del futuro. Habla de la resistencia. La imaginación. Psicodelia y revolución. Me apoyo en el poder del inconsciente como camino al conocimiento. En ese “desconectarse” de la realidad, aparece un reconectarse desde lo visceral, lo onírico, lo lúdico. La punzada a través del ojo exige otro mirar: es como punzar sin utilizar una aguja. Busco la transformación de un cotidiano alienante; el arte nos libera de esa situación. El artista actúa como una cuña entre realidades. Libertad, sensualidad, fuerza, energía, vibración, vida. La esperanza de liberación está en lo marginal. La ruptura del orden como agente liberador, romper con la conciencia oprimida. El arte como agente capaz de sacar a la luz lo más alejado de las convenciones, el ello. Capaz de actuar, de sacarnos de la vida diaria. El arte nos hace ver la realidad de otra forma porque nos coloca en otra posición. En contra de lo uniformado y lo estandarizado. De la obscenidad para expresar lo irracional y el absurdo, así como lo inmoral de la sociedad exitista. El arte como subvertor de lo que creemos real, cuestionar para habilitar el cambio, motivar los sentidos, imaginar para vivir, para repensarnos. Layers como imágenes del inconsciente que se superponen, se componen y se deconstruyen. Me interesa lo hipnótico, lo óptico, la frecuencia y la vibración. Lo primitivo como expresión intensa de lo inconsciente. El contraste como electroshock.

MCB: Si algo destaca tu practica es el majestuoso manejo del aluminio. ¿Cuáles son los materiales que utilizas y porqué los elijes? ¿Dónde radica la fascinación por el aluminio y el acero inoxidable?
FP: El metal, lo industrial y el color que lo invade, lo penetra. Hace que lo frio cambie: transformación es metáfora del cambio. Busco que algo tan liso, duro y rígido sea capaz de absorber, es transgresor. El aluminio en particular, tiene características de sustentabilidad: es reciclable y ecológico. En cambio, el acero, lo utilizo por su capacidad refractaria, lo veo como un espejo. Y si reflexiono sobre un escenario distópico y apocalíptico, el aluminio resistía el cataclismo y actuaría como un documento, una evidencia de nuestra existencia.

Taba, 2002. Aluminio y acero inoxidable, 600 x 700 x 900 mm. Foto: Estudio Quiroga Caraffa

MCB: Un diseño que te caracteriza y que se replicó en varias versiones, es el sillón Taba (2002), producido íntegramente en aluminio y acero inoxidable. Y tiene una historia detrás que se vincula con nuestra territorialidad como argentinos. Y justamente una de sus variantes, participa recientemente en una muestra sobre iconos del diseño junto a destacados artistas de todos los tiempos, en el MALBA. Contanos.
FP: Cada pueblo generó desde siempre sus propias formas de pasar el tiempo y una de ellas fue invariablemente la afición a los juegos. Solitarios, sociales o competitivos, un desafío a las habilidades, representan también una forma de aprendizaje y de creación. Rastreando en este campo, uno de los más antiguos y tradicionales pasatiempos gauchescos se convierte en un punto de partida para imaginar el Sillón Taba. Así como todo juego tiene lugar en un mundo propio y lo configura, ciertas piezas poseen la capacidad de generar un nuevo espacio, no solo físico sino, además, emocional. De este modo, la butaca Taba nos acerca a un desafío más complejo: el de definir la postura que guiará nuestra experiencia, ya sea de entretenimiento o de descanso. La trama son las líneas que nos unen y nos conectan con el caos, el orden, el juego, la contraposición entre el lleno y el vacío. Lo solido versus lo transparente. La figura y la proyección. Se enfocó el proceso creativo a través de una intensa experimentación y la combinación de tecnología y materiales, investigando la recreación de espacios internos y externos, de la generación de superficies compuestas por elementos lineales, se obtiene el esqueleto de aluminio proporcionando sustento con gracia y robustez. La butaca esta compuesta por dos costillas que forman la estructura y una piel calada que recorre la curva directriz característica de la taba. La reproducción del elemento laminar en donde el usuario se acomoda fue resuelta con una chapa de acero inoxidable calada con un sistema laser. Las costillas que los sostienen están realizadas en fundición de aluminio pulida.

Trabajamos con contrastes, abriendo diálogos entre tecnologías de fabricación opuestas. Generamos un volumen a través de elementos lineales dando como resultado una síntesis formal contundente. El público al que se dirige es aquel con espíritu joven, que busca una mirada distinta a las formas tradicionales y que valora el diseño. Salir de los estereotipos, innovar. Con una fuerte identidad local.

MCB: Una forma de llevar tus instalaciones y esculturas a otro campo del diseño, es la joyería. Tomemos como ejemplo al Anillo Xolar (2005) de aluminio anodizado. Contanos cómo pensaste estos diseños de accesorios que abarcan una gran gama. Aquí es arte habita el cuerpo.
FP: Creación constante y versatilidad, transmisión de energía y poder. De la fusión de estos conceptos nace el Anillo Xolar. Principio y fin, los ciclos se renuevan. Cada comienzo anticipa su final; un círculo representa esa transición. Superando la sola ornamentación, una pieza que propone un juego más complejo: la aventura de construir un objeto, experimentar con el cambio de colores y la rotación de formas puras y simples. Una posibilidad de vivenciar lo concebido por el artista. Alternar la combinación permite lucir una pieza diferente según la inspiración: construir y reconstruir el momento. Un anillo con atmósfera propia, que permite expresar sensaciones y materializar la creatividad a través de un diseño de autor. La línea Xolar se compone de anillos, pero también de pulseras. Los llaveros y percheros, por ejemplo, también responden a esta lógica.

Anillo Xolar, 2005. Aluminio anodizado. Foto: Estudio Quiroga Caraffa

MCB: Diseñar premios es otro de tus fuertes. Esto implica una interpretación de los ideales del cliente y al mismo tiempo, un desafío creativo, de adaptación de tus propias ideas y uso del material. Usemos al emblemático Premio Sur (2006) para hablar de los galardones. Contanos sobre este premio y otros, la aventura de diseñar una “marca” que representa la visión del otro.
FP: El Premio Sur desde la forma es un cono invertido sobre una base circular (que nos remite al sur). Desde una primera lectura puede ser un signo de admiración. Pero esta figura esbelta en su interior encierra su contenido más íntimamente ligado al cine, a la historia del cine. Un juego óptico mecánico llamado zoetrope. Zoetrope. Zoe-vida / Trope-rueda. Esta palabra cargada de significado poético, es el verdadero sentido del premio. Otra característica del trofeo es el movimiento, elemento fundamental del cine. La base compuesta por dos discos concéntricos, que nos remiten a un pedestal o escenario, giran entre si, dándole lugar desde lo simbólico a lo industrial, que por otro lado le otorga el sustento adecuado a lo que ocurre en el plano artístico. Desde lo material, la pieza esta realizada íntegramente en aluminio agregándole al premio una carga semántica muy importante ya que aparte de transmitir movimiento, sorpresa, juego, vida, rueda, fin y comienzo, historia, etc., como ser el de calidad, tecnología, futuro, presencia, peso, valor y durabilidad a través del tiempo. El Premio Sur es otorgado por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas Argentina. Para responder sobre la interpretación que hace el diseñador de la intensión del comitente, el trabajo consiste en “traducir” simbólica y materialmente sus ideas, aquello que buscan transmitir conceptualmente al espectador.

MCB: Los Tótems Tecnopolis (2012) fueron un encargo del Ministerio de Industria de la República Argentina. Fueron tres obras con un concepto central, pero con materialidades y desarrollos distintos. Además, eran de tamaño monumental y estaban a la intemperie.
FP: La idea fue realizar tres hitos que representen la innovación, el diseño y la tecnología. Trabaje con tres volúmenes idénticos construidos con distintos materiales—aluminio, acrílico de colores y acero—y tecnologías para representar los conceptos que refieren a las características más importantes en la industria contemporánea: Tótem innovación, Tótem diseño, Tótem tecnología. La idea fue realizar tres elementos con presencia simbólica y pregnante y pensadas para soportar los avatares del clima. Un encargo público no representa mayor complejidad salvo por cuestiones burocráticas, permisos, etc.

Araña, 2015. Aluminio, 100 x 100 cm. Realizada con módulos de 40 x 40 cm. Foto: Cortesía del artista

MCB: La escultura de aluminio Araña (2015), se construye a partir de módulos y se encastra y crece, habitando las paredes. Aquí tenemos un trabajo de diseño, pero al mismo tiempo presentado como instalación sitio específico. Contanos dónde o para quién fue el encargo y como pensaste esta obra.
FP: La idea fue realizar una obra modular que se aplique sobre un muro y que crezca, camine sobre el. Que sea una figura orgánica. Que se vea como una enredadera y dialogue con la vegetación natural. Que se pueda cambiar su configuración y distribución dándole vida. Este es un caso donde el comitente, estudio de arquitectura SAS, me dio absoluta libertad de acción. Fue un trabajo disparador de futuras obras de sitio específico.

MCB: Tengo entendido que el Banco Wave (2016) es un favorito tuyo. ¿Qué lo hace especial y para dónde fue pensado?
FP: El Banco Wave juega con las formas suaves y continuas; con la transparencia y la opacidad; con lo oculto y lo intuido. Cose el terreno con un hilo metálico. Se da paso generando un surco. Fluye como el río. Dinámico y lúdico, se adapta a diferentes espacios, tanto interiores como públicos. Adopta distintas formas según la disposición de sus componentes. Si me preguntas porqué es un favorito, te diría que no lo conceptualizo. Simplemente me vibra así.

Metamorphose, 2017. Aluminio anodizado y acrílico, 1000 x 200 cm. Foto: Cortesía del artista

MCB: Otra pieza para emplazar a la intemperie es Metamorphose (2017) en aluminio anodizado y acrílico. Una vez más, la escala monumental y una factura que se ve replicada en tus diseños de objetos del mobiliario cotidiano y los accesorios, por ejemplo. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para hablar justamente de eso: cómo mantienes una misma línea de imagen que logra extenderse en cuanto producto diseñas, pero también en las instalaciones artísticas tanto escultóricas como pictóricas.
FP: Toda mi obra se encuentra atravesada por los ejes conceptuales integrados por innovación, diseño, arte, tecnología e industria. La organicidad, lo circular tanto en lo plano como en la escultura, dialoga con el entorno y lo contrasta proponiendo un juego dialéctico singular. Con una fuerte impronta morfológica remite a lo orgánico que fue traspasado por la tecnología. Células que se multiplican, organismos que crecen, crean y se transforman. Planos que se estructuran, se levantan y se manifiestan. Lo que sí creo que se manifiesta en mis trabajos en una clara identidad creativa.

MCB: Los emblemáticos Anillos olímpicos (2018) fueron emplazados nada más ni nada menos que frente al obelisco en el corazón de Buenos Aires. Contanos sobre esta majestuosa escultura de aluminio anodizado de seis metros por tres metros y me gustaría focalizar en el rol protagónico del transeúnte, del espectador.
FP: La idea es realizar un elemento icónico, con una carga artística muy importante. Que genere un gran impacto visual y que funcione de llamador para todos los que transitan la zona. Una obra diferente con valor plástico, que logre un grado de pertenencia, que sea representativa y de calidad artística. Una pieza con una impronta urbana y bella. Realizado con un lenguaje industrial y una resolución que apele al futuro, a lo tecnológico a la vanguardia y a la innovación. También a la calidad y a la presencia, ya que está pensada para ser construida de espesores importantes y mecanizado con corte por agua y laser, lo que aporta un nivel de detalle y precisión muy sofisticados. Fue materializada con aluminio que es un material sustentable y ecológico, como ya dije anteriormente. Realizaremos un diseño de ingeniería para que la obra emerja de la tierra lo más limpia posible y que se integre de una forma natural al espacio verde y al entorno. Tiene presencia y es liviana y transparente. Nos habla de lo lúdico del conjunto, de lo que se construye y se arma. El espectador-transeúnte, queda integrado en esta dinámica. La obra parte de un desafío de ingeniera porque si anteriormente hablamos de las inclemencias del clima, sumamos a este caso la interacción constante, más allá de la circulación habitual de gente, de los habitantes de la ciudad—en su mayoría—que utilizan el obelisco como epicentro de manifestación masiva para festejar, denunciar, hacer actos de presencia social. Tener en cuenta este punto fue clave para que la obra sea soporte, literalmente, del peso físico de quienes la trepaban.

Centurión, 2018. Tinta y esmalte sobre aluminio anodizado, 286 x 130 cm. Foto: Cortesía del artista

MCB: Centurión (2018) oficia como una suerte de instalación pictórica. Un encargo muy específico para la marca internacional American Express, con la peculiar característica de que fue “desmembrado” y repartido entre los clientes. Contanos cómo se compone esta obra, su materialidad y su historia detrás.
FP: Para los 10 años de la tarjeta Centurión de American Express, se organizó un evento especial para los 100 primeros socios de esta tarjeta tan exclusiva. La idea era que cada uno de estos invitados, al finalizar la presentación de la obra, se pudieran llevar un trozo de la misma. Esta obra fue pensada para ser presentada completa y desarmarla al finalizar el evento. Experiencias únicas, sensaciones intensas, momentos irrepetibles. A partir de estas ideas trabajé con los conceptos de libertad, fuerza, intensidad, impulso, juego. El tiempo lo atraviesa todo y se manifiesta en un discurrir de experiencias que si las podemos sentir, nos transforman. Como líneas que dejan surcos. A partir de ese registro la vida toma otra dimensión. Desde la materialidad de la obra, nos proyectamos al futuro. La abstracción como método liberador, realizando las emociones, conceptos e inconsciente. Atravesar el plano manchando, mostrando y obturando, decidiendo, eligiendo y experimentando. Lo orgánico que aparece y dialoga con lo sentido y lo expresado. El contrapunto entre la materia y el concepto. Pintar como viaje, como salto de dimensión. Las formas circulares vienen de la anatomía de las plantas. Lo que se ve es un corte de un tallo visto al microscopio. Los círculos como conductos por donde circula la savia que nutre las plantas. También son fotografías topográficas obturadas por organismos cibernéticos que viajan en el tiempo. La aventura como disparador. La obra es un instante único e irrepetible. Una experiencia en sí misma. La idea de la partición, de la separación. Nos invade de contemporaneidad como un sistema que se desmiembra y puede ser obra única al tiempo que forma parte de algo superior. Para este proyecto, fue la gente de la galería virtual argentina Diderot quienes me invitaron a sumarme a la propuesta.

MCB: Creo que Revolución (2022) es un excelente ejemplo que sintetiza gran parte de tu estética e ideas creativas. Lo que planteabas al inicio como ejes conceptuales de todo tu trabajo, aparecen aquí presentados con elegancia y sutileza. Una suerte de pluma gigantesca, cuya aparente e imposible liviandad impacta cuando queda suspendida, danzante en el espacio casi vacío que la contiene. Es el caso de la muestra en El MARQ curada por Sergio Bazán. Contanos sobre esta extraordinaria pieza cargada de juegos ópticos y que obliga al espectador a transitarla 360 grados.
FP: El espíritu de la obra está en hacer que nos movilice a la creación y la transformación. Es una obra construida por módulos iguales y repetidos, que primero son triángulos, luego forman pirámides. Nuevamente, es como ver un elemento orgánico a través de un microscopio y encontrar que esté compuesto de una geometría perfecta. Son como cadenas de ADN que se retuercen y se entrelazan dando vida a un organismo mayor. El triángulo representa el origen, la creación, lo masculino, lo femenino, el fuego, el agua. Está realizada en acero inoxidable pulido espejo, modelada en 3D, cortada en laser, troquelada y doblada a mano. Revolución es una obra cinética, óptica e interactiva. Rota en su eje con un motor a muy baja velocidad. Se activa con el movimiento del espectador. Es una obra que puede ser performática y transformable, agregando módulos con imanes y retirando otros. En ella nos vemos reflejados y a su vez se refleja la luz que la ilumina. Mide 200 x 200 x 300 centímetros de alto y nos invita a recorrerla. Desde su construcción, la obra me remite a la infancia, a esos armables troquelados que venían en las revistas infantiles, claro que con un salto temporal que nos permite su realización en acero. Destaco que la mirada curatorial de Sergio Bazán es global, integral, logrando visualizar e interpretar en el espacio la búsqueda del artista.

Restos diurnos, 2024. Tinta y esmalte sobre aluminio, 560 x 245 cm. Foto: Mariana Poggio

MCB: La pintura sobre aluminio, tu fiel compañero material, sé que te interesa para explorar a gran escala continuando con esta suerte de instalaciones. Restos diurnos (2024) es un reciente ejemplo de lo antedicho. ¿Es lo que se viene para el futuro combinado con esculturas abstractas? Tengo entendido que estas experimentando en esa línea…
FP: ¡Es apenas una idea de lo que se viene…hay mucho más!