La casa de papel dorado o el sueño de la casa propia II, 2021. Papel de regalo sobre fachada de casa a ser demolida, 6.4 x 18.8 metros. Foto: Cortesía del artista

Palabras Irreverentes: Una Conversación con Sebastian Andreatta

“Artista visual, productor musical, técnico de sonido y emprendedor. Interesado en ciencia, nuevas tecnologías, diseño y big data,” así se auto-define Sebastián Andreatta (alias BiH), quien apenas pasando los 30 años, desarrolla una obra preponderantemente urbana donde combina afiches, intervenciones e instalaciones sitio específico así como acciones y performance en la vía pública de carácter efímero. Su principal foco de interés temático gira en torno a ciertos ejes tales como las costumbres argentinas, la coyuntura y la problemática generacional de los millennials y con estos disparadores como fundamento creativo, Sebastián desarrolla obras que toman las calles, literalmente, en diversos formatos y técnicas. Líder del equipo Audiovisual de C5N digital, presta servicios de consultoría digital para medios y de marketing de guerrilla para agencias y marcas. Ha realizado trabajos de instalaciones o mural para Warner Music Argentina, Sony Music, Adidas, Coca-Cola, ADT, DOT Buenos Aires, Claro, Radio Metro, entre otras. Desde el año 2016 exhibe su obra de manera particular en la calle y ha participado de muestras colectivas como Art & Swap 2018, Premio OSDE a las artes visuales 2021 y Bienal en Resistencia 2021 (Ciudad de Guatemala). Formó parte del FIBA 2020 con la instalación “La desmemoria” y con seis murales de paste-up. También del Festival Ciudad Emergente 2021 con “La casa de papel rosado” y “La habitación de papel dorado.”

Photo: Cortesía del artista, via Instagram

María Carolina Baulo: Típico de los artistas urbanos es el hecho de resguardar su nombre detrás de un pseudónimo. Pregunta casi obligada para empezar, y dado que vos das a conocer tu verdadero nombre, es ¿Porqué de la elección del BiH y a qué historia nos remite vinculada con tu obra?
Sebastián Andreatta (BiH): “BiH” surge del miedo de ser perseguido, detenido o de recibir una multa o contravención por parte de la policía por salir a hacer obras en la calle. Cuando empecé no sabía que existe cierta tolerancia por parte de las autoridades de Buenos Aires con el arte urbano. Es una de las ciudades más abiertas en el mundo a “mandarse” a hacer intervenciones sin permiso. Si en ese momento lo hubiera sabido, quizás hubiera definido firmar las obras con mi nombre. No había mirada de futuro, ni una lectura en que el arte se convertiría en mi vida. La primera vez que hice afiches para salir a pegar me dije “necesito firmar de alguna manera.” Decidí ir por BiH, las siglas de Bosnia i Herzegovina, el país por donde había viajado extensamente durante el mes anterior. Hay algo de la historia de lo que pasó en ese país durante los noventa que me cautivó particularmente. La guerra, la deshumanización del conflicto y la violencia me marcaron fuerte. Los primeros afiches tenían un mensaje radicalmente distinto a eso que había visto, creo que fue una forma de sublimar esa experiencia que de alguna manera resultó traumática, pero profundamente interesante.

MCB: Leyendo tu manifiesto de artista, me resulta interesante que concibas la obra como algo “vivo” en permanente mutación y reflexión. En realidad lo que está vivo es el efecto que la obra provoca en el espectador porque la obra per se es todo una gran ilusión y quiźas, como dices en tu manifiesto “un refugio alternativo a la realidad.” Ampliamos un poco estos conceptos sobre tu forma de abordar el arte en general.
BiH: No creo en el arte como una disciplina aislada sino como un universo paralelo creado por los artistas como un refugio alternativo a la realidad. Una puerta de escape a un mundo mejor. No creo en un arte estático, estacionario, paralizado. Me urge la necesidad de la experimentación y el aprendizaje constante. Del cambio. Me aburren las series interminables y la perpetuidad de una sola propuesta estética. Me aviva correr la línea de lo posible. Me gusta hablar de lo que no se habla por pudor, vergüenza o status quo. Me divierte la obra que señala y critica. Me entusiasma hacer algo donde no se debe. Sacar las cosas de contexto. Hacer público lo privado y viceversa. Uso en mi obra las palabras y las frases como herramientas; un poco por necesidad y otro poco para allanar el camino hacia el concepto. Esto último no por condescendencia al espectador, sino por un deber auto-impuesto de crear obras democráticas de acceso masivo. Me enferma el elitismo. Creo en el compromiso del artista con lo que hace. No hay nada más propio para mí que mi propia obra. Si la libertad no se vende ni por todo el oro del mundo, el compromiso con lo que hago mucho menos. Creo que ese concepto de arte “vivo” está atado mas a la evolución de la obra artística que a la obra como un algo individual. Me enoja, me provoca una sensación corporal intensa ver artistas repitiendo obras una y otra vez, por años, por décadas. Y todavía me enoja más la obra fabricada para gustar, para pegar. Creo que esa es obra muerta, estancada en un bucle de repetición ad eternum. Entiendo que puede ser un error extender mis auto exigencias y mi neurosis a otros artistas. Pero esta idea no atraviesa todo el espectro artístico, lo pienso sobre todo con otros artistas urbanos. Creo que quién hace en la calle, tiene una responsabilidad distinta a quien decide exponer puertas adentro, porque no hay ni curaduría, ni una institución que ponga la obra en perspectiva. Se vuelve universal.

La desmemoria, 2020. Ploteo sobre Chapadur de 3mm blanco, ploteo sobre superficie. Foto: Cortesía del artista

MCB: ¿Por qué la elección del arte urbano? Siempre es interesante conocer cómo el artista se vincula con sus elecciones plásticas, estéticas, creativas, especialmente cuando la obra suele pensarse (cada vez menos a decir verdad) como un bien que se puede conservar en el tiempo. El carácter efímero, sitio específico de tus obras sumando a las acciones que quedan “conservadas” en los registros audiovisuales, desafía esos parámetros. Además es interesante conocer los materiales que eliges para tus trabajos.
BiH: Me cuesta la formalidad. Como decía antes, la obra en la calle permite la democratización y una expansión que a mí me resulta mucho más orgánica que el camino “formal.” Decidir hacer en la calle tiene un beneficio muy interesante desde la perspectiva de la validación. Lo hace el público y no una institución. Si bien durante el camino formal, últimamente quien valida la obra es el público que la visita o la compra, en el medio existen otros actores quienes filtran. Y en el camino queda mucha gente muy talentosa. Me gusta tener la libertad de hacer a mis tiempos, a mi manera, y con mis recursos. Por otro lado el ámbito público es acotado en espacios, llevar adelante obras grandes requiere una infraestructura y logística muy precisa y la obra queda a merced de los elementos y de los mismos espectadores. En cuanto a la materialidad de mis obras, es tan diversa como la idea que lo requiera. El papel impreso, ya sea digital, offset o letterpress juega un rol fundamental. 

MCB: La serie “Señales” (2016–19) es el puntapié inicial; con esta obra te presentaste formalmente en la “sociedad artística urbana.” Un conjunto de frases que llaman a la reflexión social pero también buscan generar empatía emocional con el espectador, al punto de querer difundirlas en las redes sociales y hacerlas parte suya: las comparte haciéndolas virales, las usa como estímulo. Contanos sobre esta experiencia que si bien cierra en 2019, entiendo que sigue teniendo alta demanda entre tus seguidores al punto de cuestionarte si deberías o no hacer una serie de carácter comercial para que los interesados puedan “tenerlas.”
BiH: “Señales” fue la serie con la que ingresé al mundo del street art. Es una serie de alrededor de 80 posters con estética de señalética urbana con significados y mensajes que van desde el ridículo absoluto hasta el doble sentido o la introspección. Son mensajes que buscan interpelar al transeúnte con una simbología que le es conocida, que guarda en sí misma una impronta de autoritarismo. Las señales en la calle nos ordenan, nos dicen cómo, cuándo y por dónde ir. Mis señales también, pero a un nivel superior. “Pare de sufrir,” “Circule con buena onda,” “No más vueltas,” “Atravesá la realidad,” son mensajes que abordan problemáticas sociales e internas desde una cierta superficialidad pero son visibles y fáciles de tomar para aquellas personas que quizás no tengan la posibilidad de crear pensamientos así por sí mismos, por el motivo que sea. La re significación de una simbología universal, los juegos de palabras, y la ilusión de que una frase ingeniosa y quizás bonita sirva para cambiar una tarde triste o para subir a una historia de Instagram ha sido siempre el ideal último de esta serie de afiches. Esta serie recorrió toda la Capital Federal y buena parte del país pero siempre se ubicó principalmente en Palermo, como buena parte del street art, por la pregnancia que tienen obras así con respecto al público que las transita. No creo en “Señales” como una serie para decorar la pared de un living. Es por eso que no vendo posters y hasta el momento no he creado una serie numerada o pensada para ser vendida.

Serie “Señales,” 2016–19. Afiches con estética de señalética urbana. Foto: Cortesía del artista

MCB: Caja Fuerte (2019) es una caja fuerte digital que instalaste en un bajo puente en el barrio porteño de Colegiales en Buenos Aires. Allí cuestionas las posibilidades de habitar un espacio que gravite entre lo público y lo privado y que ambas sean características afines a una misma obra de arte. ¿Cuál es el desarrollo conceptual y material de esta obra la cual, como si fuera poco, en 2021 fue seleccionada para el prestigioso premio OSDE a las Artes Visuales?
BiH: “¿Es posible habitar un espacio intermedio donde público y privado sean características de una misma obra? Con esta intervención busco encontrar un lugar donde podamos comunicarnos sin cruzarnos. Esta es mi experiencia con el arte en la calle, mi mundo interno queda expuesto para que otro lo vea y lo interprete a su modo. Abrirla con el código que está en mi perfil, llévate lo que encuentres y deja algo para el que viene después. No importa que dejes, mientras entre en la caja sirve.” Extracto de la presentación de la obra en Instagram. Caja fuerte tuvo como eje principal poner algo del ámbito privado en el público para aún siendo esto una contradicción, pueda funcionar. La viralización de la obra en RR.SS y en la docena de medios que cubrieron la instalación entiendo que puso de manifiesto una oferta en el panorama del arte urbano que hasta el momento no se había logrado. Con el objetivo que los participantes al ir a visitar la caja tomen lo que encontraran y dejasen algo para el siguiente, la obra se tradujo en una masiva cadena de intercambios reales y virtuales. Más de 3500 personas participaron durante su funcionamiento entre Agosto-Septiembre 2019 y Febrero-Marzo 2020. La caja fue vandalizada en múltiples ocasiones sumando un componente de realidad social a la obra. Tres cajas fuerte del mismo modelo sirvieron como donantes para reparar la caja original que es la única que fue presentada al público ya sea en la calle, como durante la exhibición del premio OSDE a las Artes Visuales 2021. 

MCB: 5 Pé (2019) fue una pegatina de 400 billetes de cinco pesos argentinos sobre la pared de una plaza. Algo similar a Cuesta Tener Energía (2021), realizada en plena cuarentena por la pandemia. ¿Qué podes contarnos de estos trabajos que tienen la particularidad de reflexionar sobre el valor del dinero, los servicios y la economía aunque en dos contextos totalmente diferentes?
BiH: Realizado con aproximadamente 400 billetes de cinco pesos argentinos, este mural de 3 x 1.10 metros (misma relación de aspecto del billete original) estuvo ubicado en Conesa y Concepción Arenal, en el barrio de Colegiales. A la hora de idear esta obra, varios ejes me cruzaron la cabeza. Uno, que el valor del mural reside en la inminente pérdida de valor del billete. No tendría para mí sentido haberlo hecho hace cinco años cuando el billete tenía más valor, ni hacerlo un día después que el mismo salga de circulación el primero de febrero del 2020. Ese limbo temporal en el que está, con su pronta salida del sistema financiero, es la poesía de la obra.

Dos, que no se tiene noción de los costos que tiene un artista. Imprimir una hoja A3, es 200% más costoso que pegar un billete directamente en la pared. Tres, que en un contexto económico tan adverso para el país, una intervención de este tipo expone de manera literal la pérdida de poder adquisitivo que vivimos los argentinos durante los últimos años. Finalmente, que es necesario pensar en el valor. En el que le damos a las cosas, al dinero y al que le damos a quienes nos rodean y por supuesto, a nosotros mismos. La instalación fue tapada por un grafiti una semana después de su montaje original.

Caracteres y aforismo anal, 2020. 12 afiches letterpress sobre papel sulfito, cada afiche: 78 x 53 cm. Foto: Cortesía del artista

MCB: En la serie de 12 afiches “Caracteres y Aforismo Anal” (2020) te metes más a fondo con los juegos y recursos lingüísticos vinculando usos “argentos” de las palabras (culo en este caso) con el psicoanálisis, por ejemplo. Uno de tus trabajos “estrella” que aún hoy, mayor repercusión y difusión sigue teniendo. 
BiH: Resulta imposible pensar nuestra sociedad sin los modismos verbales que nos son propios como argentinos. Desde el lunfardo en adelante, hemos desarrollado una particular forma de expresarnos en lo hablado y en lo escrito. Hemos generado una identidad lingüística que atraviesa todo estrato y ubicación geográfica y que sin ninguna duda nos define como argentinos. En esta serie de 12 posters letterpress denominada “Caracteres y aforismo anal,” exploro desde los dichos populares de antaño, la aparente fijación social con la palabra “culo,” y como su uso fue mutando y readaptándose a lo largo de los años y las generaciones. Sigmund Freud en “Carácter y erotismo anal” texto del cual deviene el título de esta serie, habla sobre los rastros que la fijación anal durante la niñez, imprimen en la etapa adulta. ¿Tenemos como pueblo una fijación anal? ¿Por qué decir “culo” nos da gracia y cola no? Estos dichos, creo que dan cuenta de una fijación colectiva, invisible y latente. Nos hablan de la necesidad de expresar mediante el chiste y la comparación absurda, aquello que reside en partes de nuestra intimidad. Resulta inverosímil como “Culo veo, culo quiero” puede ser indicativo de un deseo caprichoso y recurrente. De la misma manera, es extraño pensar que “Algún culo va a sangrar” pueda ser una frase que encierre y exprese esperanza. Sin embargo así somos, así nos hemos construido y así hablamos de nosotros mismos. Me parece interesante poner estas frases en evidencia, bajarlas del inconsciente colectivo y ubicarlas en un contexto que nos permita pensar este singular fenómeno lingüístico que nos es propio.

MCB: Si hay un ejemplo contundente de tus propuestas sitio específico es la obra Trapitos al Sol (2020): 150 prendas de ropa interior desplegadas en 70 metros de soga frente al Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires; todo un manifiesto artístico, una toma de posición ubicándola en ese lugar de cara al museo. Entiendo que la logística fue compleja y que su despliegue no resistió mucho tiempo.
BiH: Esta obra constó de dos partes: Uno, un manifiesto con las consignas necesarias para que mis seguidores en Instagram puedan donar sus prendas de ropa interior usada, y un buzón instalado en una casa abandonada para tal fin. Dos, el montaje de las prendas colgadas en dos tramos de 35 metros de soga cada uno entre dos postes de luz de la Plaza Rubén Darío, junto al Museo de Bellas Artes.

La ubicación de la obra creo que se debió más a un deseo estético que a un statement contra bellas artes. Vi los postes de luz y me imaginé la obra ahí. No pienso mucho en el “qué dirán” las instituciones, hago para mí, y para la gente que me sigue. Hay algo sexual, erótico en este despliegue público. Eso que está donde no debe. Eso que debería permanecer privado, está expuesto para que todos lo vean. La ropa interior tomó el protagonismo en esta instalación que habló de cómo nos conectamos con nuestra sexualidad, de lo que ocultamos, de lo que somos, de aquello que nos da placer y de aquello que nos asusta o avergüenza mostrar. Como los banderines en una fiesta pública, esta obra celebró la diversidad, la individualidad y los derechos individuales. Trapitos al sol fue una obra que se me vino a la cabeza en un momento de mucho bloqueo creativo, casi depresivo. Estaba en uno de esos días donde el sentido de todo se cae y donde el futuro se vuelve trepitosamente incierto. Me llevó dos meses armar la logística, la comunicación, buscar, recibir y lavar las prendas, armar la obra e instalarla. Todo ese tiempo, para que la obra esté disponible sólo 36 horas antes de que sea retirada por el gobierno.


Trapitos al sol, 2020. 150 prendas de ropa interior sobre soga entre 3 postes de alumbrado público, approx. 4.8 x 70 metros. Foto: Cortesía del artista

MCB: La Desmemoria (2020) es una instalación que, siendo fiel a las palabras que nutren tu obra en general, va un paso más allá nominando todos los objetos-elementos que hay en la calle. Este sitio específico se nutre de una obra célebre de la literatura universal…Contanos.
BiH: Basada en un pasaje de la novela Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez, donde José Arcadio Buendía comenzó a nombrar todos los objetos de su casa ante la llegada de la peste del olvido: “…fue al corral y marcó los animales y las plantas: vaca, chivo, puerco, gallina, yuca, malanga, guineo. Poco a poco, estudiando las infinitas posibilidades del olvido, se dio cuenta de que podía llegar un día en que se reconocieran las cosas por sus inscripciones, pero no se recordara su utilidad. Entonces fue más explícito. El letrero que colgó en la cerviz de la vaca era una muestra ejemplar de la forma en que los habitantes de Macondo estaban dispuestos a luchar contra el olvido: ‘Esta es la vaca, hay que ordeñarla todas las mañanas para que produzca leche y a la leche hay que hervirla para mezclarla con el café y hacer café con leche.’” La desmemoria plantea de manera literal nuestra relación con los objetos y los espacios que nos rodean. En esta intervención cada objeto de la cuadra ha sido nombrado. Nombrado para darle entidad y para que podamos reconocerlo. En ese ser nombrados, la pared, la reja o el cantero, logran ubicarse en nuestro presente y no pasar desapercibidos. En esta instalación site-specific en el marco del festival FIBA 2020, propuse una búsqueda activa del valor, de ese valor que es necesario comprender para poder tomar dimensión no solo de los objetos que nos rodean, sino de nosotros mismos.

MCB: Otra forma de señalizar más allá de la contundencia de lo escrito, es el color. En La casa de papel dorado o el sueño de la casa propia II (2021), operas directamente sobre la fachada de una casa con el color dorado como protagonista. Un trabajo que estuvo meses brillando, literalmente, en una esquina de Buenos Aires. Esta obra dio pie a otras “señalizaciones” en otros colores también. Me gustaría saber sobre todo este proceso.
BiH: Soy de una generación sin acceso al crédito. Trabajo desde los 15 años con el horizonte fijo en comprar una propiedad. Todo ingreso, lo paso a dólares pensando en que con suerte algún día, me llegue la hora de la escritura. Soy de una generación que a diferencia de nuestros padres y abuelos, no tiene acceso a un préstamo hipotecario para poder ser dueño. Si empezase a ahorrar hoy los U$S 200 que podemos comprar por mes con un sueldo ordinario, tardaría 50 años en llegar a un departamento tranqui, y 70 a la casa de mis sueños. Por eso decidí envolver esta casa para regalo. Un regalo para mí, y para mi generación de clase media bien media. Sin herencia de abuelos ni ayuda de padres. Con más sueños que esperanzas. La casa de papel dorado o el sueño de la casa propia II va para ellos. Esta casa, será demolida para hacer un desarrollo inmobiliario. Y no hay mejor lugar para mí, que hacer esta obra donde otros cumplirán mi sueño. Mis felicitaciones y amor a ellos. Esta obra tiene una predecesora, La casa de papel dorado o el sueño de la casa propia I (2020), instalada bajo misma técnica y premisa unos meses antes en Carranza 1750 como prueba de concepto y una instalación posterior; La casa de papel dorado o el sueño de la casa propia III realizada dentro de la Bienal en Resistencia en la ciudad de Guatemala también en 2021.

La desmemoria, 2020. Ploteo sobre Chapadur de 3mm blanco, ploteo sobre superficie. Foto: Cortesía del artista

MCB: ¿Cuáles son los planes para el futuro; en qué obras estás trabajando o “craneando”?
BiH: A diferencia de cuando comencé ahora estoy trabajando en varios proyectos paralelos a diferencia de antes que “pensaba, producía e instalaba.” Hay una ambición de hacer obras cada vez más grandes en escala. Me formé como técnico de sonido y productor musical, hay obras que vienen por ese lado. Hay obras flotantes. Pienso mucho en la vida y la muerte últimamente. Y también en la locura.