Nacida en Córdoba, Argentina, la artista visual Nuna Mangiante, despliega su obra apoyada en diversos soportes e instalaciones cuya base son la fotografía y el dibujo con grafito, pasando del plano a la tridimensionalidad cuando logra tomar el espacio proyectando y transformando los escenarios fotografiados e intervenidos, en instalaciones. Formada en la Escuela Provincial de Bellas Artes Figueroa Alcorta (Córdoba), realizó estudios de dibujo en la Universidad Nacional de Córdoba con el Prof. José De Monte, es Profesora Nacional de Dibujo y Pintura de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y posee una Licenciatura en Artes Visuales en la UNA (Universidad Nacional de Artes de Buenos Aires). En 1990 es invitada por el artista Gumier Maier a participar en el Centro Cultural Ricardo Rojas donde participa de una movida cultural clave de los años 90 en Argentina. Cuenta también con la Beca del artista argentino Guillermo Kuitca, participó en ferias internacionales tales como Art Basel, Art Chicago y The Armory Show y representó al Museum of Latin and American Arts (MOLAA) en LA Art Show, de Los Ángeles, (2018 y 1019). También ha participado, de La Verdi, México, residencia, donde trabajó el cruce de lenguajes hispanos (1919) y de la Muestra Photography in Argentina en Getty Museum of Los Ángeles, California, con la serie “Corralito.” Su obra participó de innumerables muestras individuales tanto nacionales como internacionales y ha sido galardonada con premios tales como LensCulture Street Photography y en Argentina, el Premio MEC, el Petrobras y menciones del Salón Nacional de Artes Visuales y el Salón Manuel Belgrano en Dibujo y Fotografía, entre otros.
María Carolina Baulo: Empecemos por conocer tus materiales, soportes de trabajo que son básicamente técnicas y disciplinas que trabajan con el plano: dibujo en grafito que interviene fotografías. Contanos sobre estas elecciones plásticas-visuales que luego llevarás al espacio.
Nuna Mangiante: Por medio de la simple acción de grafito que tapo o borro motivos o elementos figurativos de las tomas fotográficas, realizo una acción de obliteración y censura que actúa como plano geométrico abstracto que otorgan a las piezas una patina negra o plateada, según la luz, producen aforismos, entre las imágenes y la densa nocturnidad de vallados negros. Cubrir, ocultar y casi borrar con grafito es mi forma de enfatizar los hechos descritos. La simbología de mis obras proviene del dibujo, de la práctica del dibujo continuo, forzado e intenso. Los juegos de interrelaciones en los espacios son infinitos: Desde mi primera exposición tomé decisiones respecto a las formas, la economía de medios, la definición de estructuras simples pero irrefutables, la especulación con la visión del espectador, y la aplicación sobre las composiciones de mis conceptos de espacios dinámicos entre formas. He tenido acercamientos políticos, religiosos y sentimentales; abarco pequeños y grandes espacios aplicando diferentes tecnologías, son una excusa para seguir dibujando. Los dibujos a grafito hablan de plano, estructura, construcción, imagen, expresión, ritmo, peso, composición, movimiento e incluso dimensiones. El espacio y la forma de ordenarlo y dividirlo en ritmos, en movimientos, con “líneas de fuerza” y la “interpenetración” o interacción de las formas, generan una arquitectura espacial dinámica. En la extensión y profundidad del espacio organizo los volúmenes grafitos y metálicos. En la misma extensión de grafito, proceso textos relacionados con situaciones socioculturales problemáticas del contexto: El cuerpo, el dolor, el ámbito, los objetos y el trauma, el enfrentamiento físico y emocional sobre los discursos actuales relacionados con mis propias vivencias. El dibujo puede ocurrir en cualquier superficie. He valorado el dibujo como medio resaltando todas sus posibles cualidades al trabajar sobre madera, láminas de zinc, telas, fotografías, entre otros. Las propiedades del grafito, su brillo metálico y su calidad de bronce, traen el significado simbólico de lo que quiero hablar de estas superficies.
MCB: En tu respuesta anterior anticipas ciertos temas conceptuales que rigen tu trabajo, ¿podrías ampliar un poco cómo se motivan estos intereses?
NM: Los artistas tenemos la capacidad, o la obsesión, de estar en modo creativo permanentemente. Entonces todo puede suceder y en cualquier momento. Como te decía anteriormente todo mi contexto, sea íntimo o externo es sensible para mí y las ideas se disparan constantemente. Es como encontrar la toma perfecta sin tener la cámara.
MCB: Para-Digmas (2004), es una instalación que exhibiste en el prestigioso Centro Cultural Recoleta, donde ocho paneles grafitados apoyados en el piso interactúan con fotografías, jarrones y una cómoda. Una de tus primeras experiencias tomando el espacio.
NM: Presenté las geometrías grafitadas de las fotos en grandes paneles que se dispusieron en la sala alrededor de las mismas. Fue un juego visual de elementos visuales liberados. La disposición en el piso y haciendo esquina, una foto suelta arriba de todo, como fuera de la exposición, fue una de las primeras veces que comencé a jugar en el espacio. Me gusta la tensión, la aplico en cada dibujo y en cada toma fotográfica. Esta instalación fue pura tensión, entre las obras, entre las obras y el espacio y en las obras mismas, que sufrían la distorsión de su propia imagen al sufrir los tapados en zonas que apenas mostraban al espectador su belleza. Nuevos “Para-Digmas” fueron establecidos. Fue en comienzo de todo un desarrollo sobre diferentes espacios.
MCB: En la obra Corralito (2009–10) en la galería Zabaleta Lab, aparece un ejemplo concreto de tu estética y los señalamientos políticos concretos que están detrás de las imágenes: nueve fotografía grafitadas de 110 x 100 centímetros, algunas de la Casa de Cambio Exchange—HSBC—el Banco de la Provincia de Córdoba y el City Bank en contraposición con el Ministerio de los Derechos Humanos e imágenes de recuerdos impresos en las paredes del microcentro porteño. Contanos sobre el desarrollo de esta obra, cuya presentación fue acompañada de un libro. Un trabajo de una enorme fuerza e impacto visual que atrapa por su densidad en contenido y una belleza muy particular.
NM: La producción se realizó entre el 2001, donde sucedieron los hechos del robo de ahorros en dólares y reclamos en las calles. En el 2009 realicé tomas sobre los recuerdos de los sucesos del 2001 en paredes y puertas del microcentro porteño. Los vallados en los bancos del 2001, la gente gritando y golpeando sobre las puertas y carteles y la policía reprimiendo eran escenas muy violentas. No podía dejar de reproducir esas vivencias. Fue una producción fotográfica muy dura y triste. Recuerdo de hacer fotos nocturnas en donde la policía vigilaba de cerca mis acciones a tal punto que pidieron mis documentos y me invitaron a retirarme del lugar. Paradójicamente, rodeado de bancos usureros, existe el Ministerio de los Derechos Humanos. Cuando comenzaron a vallar los bancos en el microcentro entendí que esa era mi obra por desarrollar, eran imágenes perfectas para perpetuar y dejar testimonio de lo sucedido. Fue entonces que compartieron mi idea del libro, entre otros, Juan Carlos Romero y Lucas Rubinich (Director de la cátedra de Sociología de la UBA); más tarde esa secuencia representaría el año emblemático en el Getty Museum (Photography in Argentina).
MCB: Libaciones (2009–13) fue una compleja instalación desplegada en dos espacios bien distintos: la Galería Wussman y el Museo Emilio Caraffa. Allí se despliegan siete fotografías grafitadas de confesionarios de diferentes iglesias antiguas de la Ciudad de Buenos Aires. Estructuras dispuestas aleatoriamente al fondo de la sala seis paneles grafitados de 260 x 160 cm, tres crespones negros de 5 mts x 150 cm, tres estructuras centrales de 220cm x 100cm 40 cm, con puertas y en su interior, al cerrarlas, la iluminación a linterna, descubría dibujos y textos eróticos dispuestos de techo a piso. Un trabajo muy complejo que seguramente implicó distintas adaptaciones según el espacio donde se desarrolló en ambas ocasiones.
NM: Es una instalación de dibujos eróticos y fotografías que fue realizada recordando mi paso por la escuela primaria católica, en donde recorría las instalaciones de la iglesia del colegio, como un gigantesco espacio de juego y extrañezas. La confesión y el pequeño espacio oscuro y temible en donde La Culpa y el Pecado olían a mal aliento e impregnaban mis sentidos. ¿Cuál era mi culpa? ¿Qué eran los Pecados? ¿Por qué tenía que entrar ahí? Dispuse en el espacio tres estructuras en las cuales el espectador entra y al cerrar la pequeña puerta e iluminar el espacio, debe seguir iluminando de manera incómoda, la revelación de los dibujos, de los Pecados y Confesiones. El espacio para ver es pequeño, se verán solo partes de los grandes dibujos dispuestos en la pared y se leerán algunas palabras de pecados confesos. León Ferrari escribió en el texto de la muestra: “Nuna tacha con grafito, espeso grafito, las puertas del confesionario virgen de confesiones que ella construyó, o sobre la fotografía de un confesionario verdadero que escuchó las confesiones de centenares que pidieron perdón, y lo obtuvieron a cambio de algunos padrenuestros, que copularon adulterinos, que fornicaron sin casamiento religioso, que se divorciaron y pretendieron consumar un nuevo matrimonio, que utilizaron alguno de los medios para copular sin embarazar, que se masturbaron, que tuvieron “malos pensamientos,” es decir que utilizaron el sexo que Dios inventó en forma diferente, alternativa, a como el inventor del sexo dispone que se utilice el sexo que inventó. Las obras de Nuna se destacan por significar una valla que el arte, en general silencioso, levanta frente a los avances de la iglesia sobre los derechos de los incrédulos. Y descuella resplandeciente por su originalísima parquedad, negro+blanco+foto+grafito, y por el resultado que logra sumando su intención a los medios que utiliza para expresarla. Nuna gracias.”
MCB: Instalación Dibujos Muy Negros (2013) propone un juego con la luz a partir de dos dibujos sobre madera de 130 x 130 cm y otro más pequeño de 50 x 50 cm sobre la pared, varillas de madera y acrílico, un video geométrico de tres minutos en loop y 10 butacas rectangulares negras dispuestas en la sala. ¿Dónde se desplegó este trabajo y contanos sobre esta otra forma de vincularte con el espectador y crear volumen en el espacio a través de la luz?
NM: Lo que sucede con los reflejos de los planos grafitados y el de las líneas dibujadas sorprende, ya que, al ubicar la luz de cierta forma, el resultado es que, al movernos, el texto brilla y el fondo se opaca o viceversa. Esta relación entre las partes resulta sorpresiva para el espectador porque no imagina que es el resultado de un mecanismo tan simple como lo es, el dibujo. Luego esas partes se van separando en el recorrido de la instalación. Se suceden generando nuevas estructuras que de a poco nos llevan al hipnótico video donde esas partes se unen nuevamente en fractales en movimiento, entonces todo tiene sentido, puro sentido. El espacio para desarrollar esta instalación era pequeño, lo cual me resultaba muy interesante ya que debía pensar en que todos los objetos debían ser igual de interesantes para ver, ya sea una línea de madera o un video. Todo debía quedar como un texto que no podemos dejar de leer. Y así resultó, por suerte!
MCB: Recuerdo haber visto la obra Quiasmo (2016) desplegada en el espacio La Ira de Dios en Buenos Aires: los dibujos se multiplicaban desplegados en maderas, tableros de arquitectura, chapa galvanizada y todos ellos atravesados por luces de neón sobre estructuras de hierro. Una experiencia muy particular transitar esa sala tan gris, fría, oscura, moviéndome entre paneles que descubrían y ocultaban imágenes dependiendo de dónde se las miraba y pudiendo así destacar el valor de la materialidad que las compone.
NM: Es una instalación de dibujos sobre madera y chapa en donde las estructuras de la sala se incorporan a manera de reflejos sobre las obras, generando nuevas posibilidades en la mirada del espectador. Trabajo cada dibujo en particular de complejas estructuras geométricas en donde la luz reflejada dan profundidad y brillo con el movimiento de las personas que observan, volviendo sobre sus pasos para observar la cualidad bronce del grafito. Para forzar la complejidad de la sala, le sumé tubos de neón e incliné los tableros para que la estructura de la sala se refleje en ellos de manera tal que todo se una a la trama del dibujo: “El Quiasmo, como síntesis de una estructura vivencial donde mente y cuerpo, materia e idea, se encuentran (Merleau-Ponty).”
MCB: Aporía Móviles (2018–19) en LA Art Show Los Ángeles California, EEUU, representando al MOLAA, Museo de Arte Latinoamericano de Artes Visuales, despliegas tres instalaciones de 14 x 8 mts en una sala donde interactúan fotografías de arquitecturas destruidas, retratos tachados, madera, grafito, cobre y dorado a la hoja, collage, carros de construcción con materiales, ladrillos, luces de neón, columna de escombros, entre otros. Contanos sobre el despliegue y el contenido de esta interacción de instalaciones.
NM: En Aporías, hablo de la gentrificación, del abuso de la mujer en la economía, hablo sobre la demolición de la historia para no tener memoria, hablo sobre la contaminación ambiental y sobre todo, hablo sobre la destrucción de seres indefensos que no logran sumarse a la escalada del poder económico. En definitiva hablo de cómo la globalización deja indefensa a las personas. Este sistema económico nos ha llevado, como seres humanos, a extremos inimaginables de racismo, guerra, maldad y poder, dejando indefensas a mujeres y niños de todo el mundo. Vemos todo esto a través del espeso tachado del grafito, sin poder reaccionar ante la desigualdad y la miseria.
MCB: Muy interesante es tu obra Micaela, de la serie Aporías Móviles (2020/21), la cual fue seleccionada para el Salón Nacional de Artes Visuales y en Premio Uade—fotografía e instalación. Contanos de qué va este trabajo que se mete con temas de género y los marginados sociales, entre otros.
NM: Es un retrato fotográfico cuyo rostro ha sido borrado por una sólida capa de trama grafitada colocada en fuertes trazos. La yuxtaposición de esta máscara entramada no solo habla de las luchas de género, sino también de grupos marginados geográficamente desplazados, lo que resulta en un fenómeno global de aumento de la segregación de clases. Al borrar el rostro, el atributo físico más destacado y valorado de una persona, señalando cómo la sociedad ignora los derechos de quienes soportan el peso de la violencia económica perpetrada por el subdesarrollo. Describo con simples pero contundentes líneas, la tensión profunda de nuestra sociedad. Este retrato representa a la mujer en la sociedad de hoy. La mujer de hoy enfrenta los mayores retos frente a las guerras, la gentrificación, la globalización. La mujer hoy se enfrenta consigo misma frente a los desafíos de una sociedad que la reprime y oprime. Es una mujer que puede ver todo a través de sus propios miedos. La dispuse como si mirara a través de una ventana desarmada y junto a ella, un carro plagado de objetos vidrios rotos, luces caídas, baldosas sucias y fotos de casas demolidas y/o construcciones apócrifas.
MCB: Tu último trabajo es nuevamente una instalación en tres instancias, No le Metas Presión a la Felicidad (2021), en galería ABRE en Córdoba, solo que en esta oportunidad no es una sala corrida donde se integran, sino tres habitaciones concretas. Dice la curadora de la muestra Victoria Giraudo: “El espacio de una casa tipo de tres ambientes se ve amenazado por monumentales paneles negros que generan gran tensión al ser portavoces de diálogos fragmentados. Nos remiten a la mitología cotidiana, a la figuración narrativa del cómic y del pop art e incluso a la telenovela en su actuación ficcional y su lenguaje coloquial, pero en versión dark.” Contanos sobre este trabajo que incorpora, además, una fuerte presencia de la palabra como elemento plástico y donde pusiste el acento en el espacio como símbolo del encierro. Contanos cómo buscaste transmitir al espectador esa sensación claustrofóbica que en parte emula lo vivido durante la pandemia, a través de estos “posibles relatos” impresos en grandes paneles grafitados de techo a piso.
NM: Amor, dudas, sexo, ansiedad y frustración se reflejan en cortes de diálogos en inmensos paneles negros platinados, que denominé Versos Caseros, dispuestos en una de las habitaciones de techo a piso, que terminamos llamando “sala de lectura,” ya que te sentabas en un sillón a revivir estas supuestas disputas entre amores. En otra habitación, una cama blanca y en un costado se levanta otro panel que irrumpe hasta el techo en el pequeño espacio, haciendo énfasis en la posible ruptura. Fotografías de muebles grafitados a escala, planos, tapando sus partes importantes, muestran una habitación completa. Antes, las piedras de mica y dibujos con mica.