con un martillo en la mano todo tiene forma de clavo, 2024. Motor, madera, bolsa de cemento, platos, copas, huevos, leche y objetos varios, medidas variables. Foto: Andreína Mujica

Cuando el tiempo lo es todo: Una Conversación con Santiago Colombo Migliorero

Oriundo de La Plata, Bs.As, el artista audiovisual Santiago Colombo Migliorero, se deja guiar hacia una exploración sensible que se apoya fuertemente en el concepto de la temporalidad como rectora y organizadora, estudiando al tiempo como un material cuasi plástico que lo condiciona todo. Máster en Arte Contemporáneo del Círculo de Bellas Artes de Madrid (SUR Escuela / Universidad Carlos III de Madrid, España), Licenciado y Profesor en Artes Plásticas con orientación en Escultura (Universidad Nacional de La Plata, Argentina). Ha realizado residencias en espacios como BilbaoArte Fundazioa (España), Artistic Residency Enschede (Países Bajos), La Maison des Auteurs (Francia), DOM Residency (España), Maxres (Finlandia, junto a Yese Astarloa), Fundación Vital Fundazioa (España), Cal Gras (España, junto a Yese Astarloa) Centro Cultural Recoleta (Argentina), Museo Ctibor (Argentina), INVE – Plataforma Internacional de Video Experimental (Chile), entre otros. Entre los premios recibidos se destacan el Primer Premio 111º Salón Nacional de Artes Visuales – Escultura (Centro Cultural Kirchner), Primer Premio Salón Provincial de Arte Joven (Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti), Primera Mención Premio OSDE, Mejor animación Festival de Cine de Cipolletti, Mejor videominuto (Sao Paulo). Su obra ha sido exhibida en destacados espacios culturales tales como, en Argentina: Instituto Ditella, Centro Cultural Kirchner, Centro Cultural Recoleta, Palais de Glace, BAFICI, Bienal de Arte Joven, Bienal de Imagen en Movimiento, FIVA; internacionales: Museo de Arte Contemporáneo del País Vasco (Vitoria Gasteiz), Círculo de Bellas Artes de Madrid, Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, Festival Proyector (España), Next Museum (Alemania), Paadman (Irán), Museo Arte Contemporáneo de Alicante (España), The living gallery (US), París International Film Festival, Alcalá 31 (España). Vive y trabaja entre Madrid y Buenos Aires.

sin título (escalera), 2019. Motor, piedra, madera y chapa, 24 x 40 x 35 cm. Foto: Cortesía del artista

María Carolina Baulo: El factor tiempo; ¿por qué lo calificas como una materialidad más en tu obra? Hablemos del sustento conceptual de tu trabajo.
Santiago Colombo Migliorero: Me interesa la filosofía del tiempo, lo absurdo y paradojal en las mediciones y el caos. Desarrollo obras con una temporalidad y cadencia propia, tratando al tiempo tanto como un material intrínseco de la obra, así como un concepto desde el cual explorar. Las repeticiones, los cambios, la percepción del tiempo lineal, los movimientos lentos y casi imperceptibles, los bucles, los rastros que quedan en los objetos, son dinámicas recurrentes en mis obras.

MCB: En la misma línea trabajas la idea de “la memoria de los materiales.” Contanos a qué te refieres con ello y qué materiales, soportes y elecciones formales son protagonistas en tu obra.
SCM: En mi práctica artística suelo investigar en torno a la memoria de los materiales, su registro háptico y sus huellas, investigando cómo interactúan esculturas y materialidades crudas con tecnologías contemporáneas como el 3D y lo digital. Entiendo a la memoria como un espacio de ficción, una presencia espectral, no solo presente en los sujetos, sino también como una construcción constante a la cual podemos acceder desde los objetos y los espacios que nos rodean. Es un terreno de presencias fantasmales, siempre en transformación, oscilando entre lo inquietante y lo reconfortante, dejando espacios vacíos o desenfocados a su paso. Utilizo tanto vídeo experimental con soportes alternativos, como cámaras analógicas, CGI, animación sobre papel, cine expandido, video instalaciones y piezas digitales interactivas; esculturas, instalaciones y objetos cinéticos con motores de bajas revoluciones. Investigo la sobre medición de las cosas, la idea de que todo es mensurable en algún punto y la transposición de datos entre medios, operan en mi obra como estrategias para alcanzar lo absurdo o para evidenciar ciertas prácticas ligadas a las morfologías de los objetos, concluyendo en un cuestionamiento retórico y poético de cada pieza. A su vez me interesa la investigación sobre el territorio, el desplazamiento y la cartografía. Estos últimos tópicos, investigados en mayor parte en un proyecto colaborativo con la artista Yese Astarloa titulado Una imagen mental del mundo.

luna, 2019. Chapa, luz, espejo, motor y piedra, 33 x 35 x 33 cm. Foto: Cortesía del artista

MCB: Con un poder de síntesis enorme y economía de recursos, con chapa, luz, espejo, motor y piedra, creas un pequeño objeto escultórico como Luna (2019), exhibido en el Palacio López Merino, La Plata. Primera obra que abordamos y ya el factor tiempo se presenta.
SCM: La obra Luna parte de la idea de los astros y su movimiento como forma de calcular el tiempo y, a su vez, del uso de la luna como cénit de la representación poética. Sobre esto último Borges menciona que todo poeta, directa o indirectamente, en un punto de su carrera quiere escribirle a la luna. En particular, la obra estuvo influenciada por los escritos del poeta chino del siglo VIII, Li Po quien, según narran, murió ahogado luego de querer atrapar, borracho, el reflejo de la luna en un lago. Hoy en día esta mirada podría parecernos ingenua y escribirle un soneto a la luna, parece una idea anacrónica. En la obra, los astros se simplifican en una representación básica: el sol como una esfera luminosa, la tierra como una piedra, la luna como un espejo.

MCB: Otro pequeño objeto, Sin Título (Escalera) (2019), el cual fue exhibido en el Palacio López Merino, La Plata; Quinta Trabucco, Vicente López y Galería DOM, Espacio Ha.aH, Barcelona, utiliza casi la misma materialidad pero vincula la obra con un concepto mitológico—no tan lejano de los astros y los cielos. Hablanos de este trabajo.
SCM: La obra surge en primera instancia como una reinterpretación al mito de Sísifo y el análisis que realiza Albert Camus sobre éste. En la obra, la piedra aparece atrapada en un ciclo sin fin, intentando subir por una escalera eterna. Se mueve, pero no avanza, el movimiento se vuelve constante y reiterativo. La piedra está atrapada en un tiempo cíclico, realizando una y otra vez la misma acción. Pero, a su vez, dialoga con la lógica del tiempo lineal de los materiales y el desgaste. Continuamente los materiales accionan entre ellos, la piedra desgasta los peldaños de madera, el motor y los engranajes giran ejerciendo presión, y el hilo que soporta la carga se tensa hasta un punto límite. Tarde o temprano alguno de ellos cederá, evidenciando que incluso en la repetición incesante existe transformación. La obra indaga en la idea del sinsentido, la máquina inútil, la acción sin objetivos ligados al absurdo. Como menciona Mark Fisher, en la idea de la lenta cancelación del futuro, en un mundo monótono, sin posibilidad de cambio a la vista, el futuro nos es cancelado a la vez que el pasado se presenta cada vez más lejano y distante. En este contexto, el presente eterno se instala, normalizándose, casi sin que lo advirtamos.

tacto ii, 2019. Varilla de hierro, cerámica y motor, 35 x 80 (variable) x 45 cm. Foto: Cortesía del artista
tacto ii (detalle), 2019. Varilla de hierro, cerámica y motor, 35 x 80 (variable) x 45 cm. Foto: Cortesía del artista

MCB: En su texto de sala, Tainá Azeredo destaca que la obra Tacto II (2019) “habla del lento paso del tiempo y de las huellas que los cuerpos imprimen sobre los espacios, ya sea al dejar un rastro visible, ya sea por los ínfimos ruidos dispersos en el aire.” Y luego dice que operas sobre “pequeños gestos humanos, que con movimientos repetidos desgastan su materia.” Además, una pieza que fue exhibida en múltiples espacios: Palacio López Merino, La Plata; CC Recoleta, Buenos Aires; Espacio Arte Di Tella, Buenos Aires; Saeta de Fuego, Benito Juárez; CC Kirchner, Buenos Aires. Me gustaría conocer tu mirada sobre la obra.
SCM: La obra proponía trabajar con un gesto mínimo, un movimiento íntimo que interactúa directamente con el espacio donde se emplaza la escultura. La mano roza la pared, casi acariciándola, transformándola en una extensión misma de la obra. El movimiento, lento y sutil, a la larga termina desgastando tanto la pared como los dedos de cerámica (en un gesto sugerente ya que al desgastarse los dedos, van perdiendo la parte de las yemas y las huellas dactilares). Además la obra tiene cierta ambigüedad: a algunas personas les parece una caricia y a otros un movimiento mecánico casi tortuoso. Al concebir esta pieza, me encontraba atraído por el sentido del tacto y lo háptico; buscaba transmitir la sensación de tacto en los espectadores y en sus propias manos. Además terminaba de leer el libro La historia de mi vida, de la escritora sordo ciega Hellen Keller, y su relación con el mundo háptico me impresionó mucho. Su forma de percibir y construir su mundo a través del tacto me llevó a explorar cómo el tacto puede transformar la forma en que percibimos el espacio y los objetos que nos rodean.

MCB: Medir el tiempo (2019) es una obra 100% audiovisual: una proyección sobre un reloj analógico que propone un nuevo vínculo con la temporalidad, descolocando al espectador y pidiendo una participación activa para comprender el nuevo discurso. Hablanos de este trabajo.
SCM: La obra consta de un reloj de pared intervenido con un programa que calcula el tamaño del área que suscribe un triángulo generado por las puntas de sus tres agujas. De esta manera, la morfología clásica del reloj adquiere una nueva función, llevando su utilidad original hacia un terreno conceptual y topográfico. Si el reloj nos sitúa en una ubicación temporal, esa medición se traslada a lo topográfico y al absurdo. Las horas en este caso, se traducen en un resultado de cm², un dato carente de utilidad práctica pero cargado de significado. El reloj, ícono de la temporalidad, se transforma en un símbolo de la permanencia e introyección del tiempo. La obra pone de manifiesto la asimilación de este concepto difuso, el cual es cortado en pequeños fragmentos aptos para el consumo y asimilables al compás de nuestro propio corazón y nuestro ritmo circadiano.

medir el tiempo, 2019. Proyección sobre reloj analógico, 23 x 40 x 3 cm. (variables). Foto: Cortesía del artista

MCB: Sin Título (Ladrillo) (2021), exhibida en Fundación OSDE, Buenos Aires; Galería DOM, Espacio Ha.aH, Barcelona surge a partir de una residencia de artistas. Además de abordar este trabajo, me interesa saber cómo es la experiencia de trabajar en residencias, un contexto con condiciones distintas a la instancia de taller, por ejemplo.
SCM: La obra surge como lado B de una investigación artística realizada como parte de la Residencia Artística Ctibor, titulada Un recuerdo impreciso, de un hecho o una imagen, me viene a la memoria. En esta pieza se trabajó con el acervo cultural de la antigua fábrica de ladrillos Ctibor en Argentina, explorando la memoria contenida en los materiales, su desgaste y sus huellas. La obra plantea una suerte de máquina de tortura que, lenta pero continuamente, va marcando un pequeño ladrillo cerámico contra una especie de garra de acero. La idea de la huella como forma de acceder al pasado, aparece en palabras de Hito Steyerl: “Las heridas de las cosas son descifradas y después sujetas a interpretación. (…) El campo de la medicina forense se puede entender como la tortura de los objetos, de los cuales se espera que nos lo cuenten todo, al igual que los seres humanos cuando son interrogados. Con frecuencia, las cosas han de ser destruidas, disueltas en ácido, cortadas o desmanteladas con el fin de hacerlas contar su historia completa. Afirmar la cosa significa asimismo hacerla chocar con la historia.” En la obra, las huellas evidencian el accionar repetitivo del dispositivo, delatando su persistencia. A medida que el tiempo transcurre, más profundo es el desgaste. Los signos de la huella dejan presentes las marcas de su memoria y la violencia a la que fue sometida. La cadencia y temporalidad del dispositivo marcan un ritmo propio que se vuelve hipnótico, el leve movimiento del ladrillo, el sonido constante del motor, el golpe seco del acero. En el caso de Ctibor, la inmersión en su historia y en su entorno fabril me llevó a pensar en la memoria de los materiales desde otra perspectiva, alimentando un diálogo directo con el espacio y su carga simbólica.

un recuerdo impreciso, de un hecho o una imagen, me viene a la memoria, 2021. Ladrillo, motorreductor, fotografías, dibujos en tinta negra sobre papel, video digital, fotogrametría, varilla de hierro y cable de acero trenzado, medidas variables. Foto: Luis Migliavacca

MCB: Siguiendo con Un recuerdo impreciso, de un hecho o una imagen, me viene a la memoria (2021), proyecto guiado por la escultora Marcela Cabutti, allí combinas materialidades de distintas procedencias—ladrillo, motor reductor, fotografías, dibujos en tinta negra sobre papel, video digital, fotogrametría, varilla de hierro, cable de acero trenzado—para llevar adelante una suerte de investigación sobre tus conceptos aparentemente favoritos: tiempo y memoria. Contanos en detalle.
SCM: Un recuerdo impreciso, de un hecho o una imagen, me viene a la memoria fue un proyecto instalativo ideado para el Museo Ctibor como parte de la Residencia de la Fundación Ctibor. La propuesta se centró en una investigación sobre la memoria, los fantasmas, el paso del tiempo y el presente de la Fábrica de Ladrillos Ctibor—Fábrica fundada a principios del siglo XX y que da origen al barrio de Ringuelet, en La Plata—a través una serie de obras que indagaban en base a las huellas, el paso del tiempo y el recuerdo del material de la Fundación por medio de distintos procedimientos. La instalación se compuso de tres partes o piezas. La primera consistía en un motor reductor ubicado en el interior de la Sala arrastraba y desgastaba lentamente dos ladrillos Ctibor, uno ubicado en el Patio del Museo y otro en la Sala, dejando a su paso la huella y el desgaste de los materiales. Cada uno de los ladrillos completaba su recorrido en un día de exposición, reiniciando su trayecto al día siguiente.

La obra conectaba el adentro y el afuera del museo, saliéndose de la sala expositiva hacia el patio y actuando como preludio que invita al visitante hacia el interior del museo. El ladrillo exterior, ubicado sobre suelo de polvo de ladrillo, marcaba la dirección hacia la sala del museo con su huella, como queriendo entrar en ella. Dentro de la Sala podían verse dos paneles, en el primero había 72 fotografías impresas registraban detalles, fragmentos, y elementos fuera de foco tomadas durante mis visitas a la Fábrica y al Museo Ctibor. El segundo panel incluía 72 dibujos de tinta negra con formas y composiciones sacadas de las fotografías. Esta secuencia proponía un proceso de traducción en el cual las visitas al museo se convertían en fotos movidas y desenfocadas, que a su vez se transformaban en manchas abstractas en blanco y negro. Con cada paso, la acción original se diluía, el registro se volvía más impreciso y el recuerdo adquiría una cualidad cada vez más abstracta. En Lyotard aparece el concepto de lo figural como aquello que queda en una imagen una vez que quitamos de ella todo rastro figurativo. Como una pulsión o una fuerza que se mantiene en la imagen por fuera de lo discursivo y que, por estar fuera de esto, es difícil de ser nombrado y categorizado. Por último, se proyectaron 12 videos basados en distintas fotogrametrías y escaneos 3D de detalles y edificios de ladrillos Ctibor y patrimonio de la Fundación actúan como digitalización de la memoria del espacio. Los límites se diluyen, los espacios reales se hacen virtuales, se abstraen hacia líneas y planos sin conexión aparente.

Todos los modelos están mal pero algunos son útiles, 2021. Yeso, mapa y territorio, 2 copias de 24 x 19 cm. Proyecto realizado en conjunto con Yese Astarloa Foto: Yese Astarloa

MCB: Todos los modelos son erróneos, pero algunos son útiles (2021) es un trabajo realizado junto a la artista Yese Astarloa: mapas, yeso y territorio, nos invitan a cuestionar los códigos que se utilizan para dar visibilidad, en este caso, a un territorio. Aquí se pone el acento en los modos de representación que nunca pueden dar cuenta de la totalidad. Ampliemos.
SCM: Los mapas, como modelos representacionales, nunca terminan de describir en su totalidad el territorio dado que representan. Bonini afirmaba que, cual mapa de Borges, mientras más complejo es un mapa, más completo y similar es al objeto representado, pero al mismo tiempo es menos inteligible. ¿Qué es más similar a la Provincia de Buenos Aires: un mapa que representa su contorno o un calco que copia fielmente una porción de 24 x 19 centímetros de su superficie? Para Bateson el problema está en que podemos afirmar fácilmente que un mapa no es lo mismo que el territorio que representa, pero no somos capaces de definir qué es este territorio, ya que nuestra percepción y nuestra experiencia sobre él siempre es parcial y mediada. Un territorio es tan vasto que nunca podemos aprehenderlo y percibirlo en su totalidad, sólo podemos hacerlo con su representación. En la presente acción se realizan dos copias en yeso de 24 x 19 centímetros de la Provincia de Buenos Aires. Una de ellas realizando una copia de una porción de pasto de su territorio, en las coordenadas -34.89721507548117, -57.980000793874304. La segunda, una copia de un mapa de la provincia misma.

MCB: La video instalación y los 500 papeles que componen Caminantes (2022)—expuesta en Fundazioa Vital, Vitoria-Gasteiz y Espacio El Rastro, Madrid—también surge producto de una residencia, en este caso Residencia Irudika 2022 (La Maison des Auteurs, Angoulême, Francia; Bilbao Arte Fundazioa, Bilbao, España). Aquí nuevamente el tiempo toma la escena, solo que en lugar de medirlo con algún dispositivo, es la duración en sí misma de la residencia lo que se registra en cada uno de esos pliegos y el video. Contanos de esta obra.
SCM: Caminantes es una pieza de animación instalativa que condensa mi tránsito por La Maison des Auteurs y BilbaoArte Fundazioa en la Residencia Irudika, centrándose en el proceso, el espacio y la materialidad como parte intrínseca de la obra. En ella, una serie de personajes, basados en vivencias personales, cruzan secuencial y fugazmente la pantalla, dando cuenta a su vez, de mi propio tránsito por la residencia. Se trabajó con una resma de 500 hojas A5 para realizar un video animado de 41,6 segundos de duración; incorporando los márgenes del papel, el registro de animación y el “detrás de escena” donde fueron tomadas las fotografías, incluyendo lo que usualmente es dejado de lado en la animación, dando un lugar central a la materia y evidenciando a los espacios de distintos escaparates y paredes de Bilbao y Angoulême, como un relato paralelo que acompaña y da fuerza al caminar de los dibujos. Para su exhibición se expusieron, a la par del video, los 500 dibujos ordenados en grilla, ocupando una superficie de 12,4 x 1,68 metros. Los dos meses de residencia se tradujeron en 500 dibujos que fueron condensados en 41,6 segundos de video, que a su vez se desplegaron en 21 m².

Me gustaría tener más posibilidades de recordar determinadas cosas para no sentir tanta presión en la cabeza, 2024. Prensa de banco, motor, hierro, escayola, látex, carbón y impresión 3D, 35 x 65 x 120 cm. Foto: Cortesía del artista

MCB: Exhibida en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, Me gustaría tener más posibilidades de recordar determinadas cosas para no sentir tanta presión en la cabeza (2024) es una de tus obras del último año. La defines como “una pieza creada para ser destruida.” Contamos sobre la dinámica de este trabajo que, demás está aclarar, tiene al tiempo y a la memoria como pilares.
SCM: Una cabeza de escayola hueca rellena de polvo de grafito es sometida a una presión lenta y constante mediante una prensa de banco conectada a un motor reductor. La prensa se comprime casi imperceptiblemente, a razón de una revolución por hora. Tras 40 horas de presión constante (o dicho de otra forma, una semana de jornada laboral de 8 horas), la prensa se cerrará por completo, destruyendo la cabeza en su totalidad. Cuando esto haya ocurrido, una nueva cabeza tomará su lugar, y el ciclo se repetirá de nuevo, como cada semana. El polvo de grafito que cae al suelo con el correr de los días, junto a la cabeza destruida, materializan el tiempo y la acción de lo que alguna vez fue. Huella y memoria de la cabeza destruida, un fino cascarón blanco de escayola ovoide, casi como un huevo. Como en una performance a cámara lenta la obra se despliega y los objetos parecen cumplir un destino predeterminado, pero no de manera pasiva. Los materiales se resisten a ser destruidos, accionan entre ellos, demostrando que ciclos en apariencia idéntica producen resultados únicos. Una pieza creada para ser destruida y que su mismo accionar maneja su vida útil poniendo en tensión, no sólo a la cabeza, sino a las dinámicas entre creación/destrucción, memoria/olvido, subrayando la fragilidad de aquello que intenta perdurar. El carbón, por su parte, juega un rol fundamental, por un lado como símbolo de la vida (cuyo principal componente es el carbono) y por otro como el medio que utilizamos para registrar y conservar la memoria: el lápiz de grafito con el que dejamos asentada nuestra memoria.

MCB: En Sin Título (Círculo) (2024), mostrada en el Círculo de Bellas Artes, Madrid, aparece algo que ya veremos en las piezas que siguen: el absurdo y lo performático (en este caso de una máquina que va arrastrando su propia huella en un circuito eterno). ¿Cómo te planteaste este trabajo?
SCM: Un robot camina continuamente en círculos en el espacio. Su movimiento monótono se convierte en una especie de performance automatizada de los objetos que se desplazan y van dejando su huella en el lugar en que se circunscriben. Con el paso de los días, su huella en el piso se vuelve cada vez más nítida, determinando el espacio que ocupa y los límites del espacio vacío que lo contiene. Como un animal atado, o sometido a vivir en una pequeña jaula, el robot camina en círculos y repite su rutina sin otro objetivo, se mueve, pero no avanza, marca en su paso, cual reloj, el círculo de las horas que pasan.

sin título (círculo) (detalle), 2024. Impresión 3d, motorreductor, madera, cable y tornillos, medidas variables. Foto: Cortesía del artista

MCB: Homenaje a Cándido López (2024) se mostró en la galería DOM y Espacio Ha.aH, Barcelona, habla del absurdo y también de los sueños. Además hace referencia a un gran pintor argentino, víctima de una amputación terrible. ¿Esta obra fue inspirada por un sueño realmente; por una visualización de ese absurdo trágico que a veces nos gobierna?
SCM: “Unos días después tuve un sueño. Me encontraba sobrevolando un campo de batalla, como mirándolo desde lejos. Una batalla sangrienta, pero plácida, que se extendía hasta el horizonte. Una guerra con sangre, pero posiblemente sin dolor. Cada soldado individual, sumido en su tarea específica. En una esquina, sin llamar la atención un soldado raso, con su mano derecha amputada, pintaba con serenidad una escena que no alcanzaba a ver.” La obra se inspira tanto en esa imagen onírica como en la figura de Cándido López, el pintor argentino que perdió su mano derecha durante la Guerra de la Triple Alianza y continuó pintando con la izquierda. La idea de la amputación se vincula al fenómeno del “miembro fantasma,” donde quienes han sufrido la pérdida de un miembro continúan sintiendo su presencia, a veces incluso con un dolor agudo en algo que ya no existe. Aquí busqué explorar ese absurdo trágico a través de un gesto que mezcla lo cómico y lo inquietante: una mano de maniquí es lentamente “cortada” con un cuchillo de pan. El cuchillo, sin filo, no consigue nunca completar el corte y, sin embargo, la mano se mueve con cada contacto, simulando una resistencia inútil, una agonía sin fin.

MCB: Con un martillo en la mano todo tiene forma de clavo (2024), afecta directamente al espectador quien intuye y se anticipa a los resultados que dará la acción de la performance. Contanos sobre los materiales utilizados, la acción en sí misma y si has tenido algún feedback del público. Fue presentada en Ciclo política y performance, Círculo de Bellas Artes de Madrid.
SCM: En esta obra, una mesa se llena con diversos objetos: vasos, copas, platos, elementos cotidianos mezclados con recuerdos, objetos personales y decorativos. Frente a esta, se ubica un motor con un contrapeso que, al girar, acciona un cable conectado a una varilla de madera situada en el otro extremo de la mesa. Este mecanismo comienza a arrastrar los objetos hacia el borde, hasta que todos caen al suelo. El performer, colocado junto al motor, será el encargado de enrollar el segundo hilo, convirtiéndose en un engranaje necesario para que la acción se complete. Al cabo de quince minutos todo caerá contra el suelo y finalizará la performance. Aunque el desenlace es predecible desde el inicio—sabemos que todo acabará roto en el suelo—la acción genera una tensión que atrapa al espectador. El vértigo de la caída, el morbo de presenciar el impacto, y la anticipación del caos inevitable son centrales a la experiencia. La obra dialoga con la ansiedad del control y su pérdida, de aquello que podemos medir, prever o manejar, y de lo que siempre se nos escapa. Al final el caos es el destino inevitable.

con un martillo en la mano todo tiene forma de clavo, 2024. Motor, madera, bolsa de cemento, platos, copas, huevos, leche y objetos varios, medidas variables. Foto: Andreína Mujica

MCB: Suelo cerrar preguntando sobre lo que se viene…
SCM: A fines de Diciembre de 2024 completé una residencia de tres meses en Enschede, Países Bajos, donde trabajé en una serie de acciones y piezas objetuales relacionadas con las huellas de mi paso por esa ciudad y su frontera con Alemania. Para la segunda mitad del 2025, expondré un proyecto en colaboración con Yese Astarloa en su paso por la Residencia Koyne en Helsinki y que se expondrá tanto en Madrid como en Helsinki. Además, en Octubre comenzaré una residencia de cuatro meses en el ACC Weimar, en Alemania. Allí buscaré explorar el concepto de los “fantasmas” como metáforas de lo ausente que permanece, trabajando con esculturas mecánicas y acciones que evoquen el desgaste del tiempo y la memoria. A través de materiales como cerámica, vidrio y metal, quiero investigar cómo las marcas de lo cotidiano dialogan con lo efímero y lo permanente, creando obras que inviten a reflexionar sobre nuestras relaciones con el espacio y el tiempo.