El arte nutrió la vida de Pablo Dompé desde sus inicios. Habiendo nacido en familia de artistas, su cotidianeidad estuvo atravesada por la dinámica del taller y los materiales de trabajo que atrajeron su inclinación natural por crear objetos, nutrir formas y complementar el trabajo de moldeado con el estudio de la música, el dibujo y la lectura. Con amplia formación practico-teórica, se desempeñó como asistente de importantes pintores, escultores y joyeros, pero también estudió y se preparó tomando clínicas de obra y sometiendo su trabajo a la crítica; artistas como Claudia Aranovich, Luis Wells, Baston Díaz y Fabiana Barreda son algunos de los artistas que participaron en su formación. Asimismo, viajó y sigue viajando por el mundo donde participa de simposios. También pasó una temporada en Alemania y Bélgica donde trabajó para la Compañía Artística de Bram Debraekeleer y en Francia, trabajando con el escenógrafo de teatro Rodolpho Natale. Con varios premios y muestras internacionales en su haber, Pablo Dompé va construyendo una trayectoria más que interesante, desarrollando una estética y una poética que lo vincula con lo orgánico, lo visceral, los volúmenes prominentes, la combinación de lo abstracto con una sutil figuración y la toma del espacio, quien pasa a ser un protagonista en su obra.
MCB: Empecemos hablando de la materialidad de las obras: piedra, madera, resina, mármol, cemento, metales son algunos de los materiales que utilizas en tus trabajos. La solidez y la contundencia de cada uno de ellos nos remiten a obra pesadas, afianzadas en el espacio cualquiera sea su escala. Pero la contracara de tu obra está representada por la sutileza del dibujo y la confección de maquetas preparatorias. Contanos cómo armonizas estas dos instancias.
PD: El dibujo está presente en todas mis obras ya que indefectiblemente del material que utilice, ese es el punto de partida. Generalmente comienzo a dibujar en papel para luego pasarlo a maqueta y luego al material elegido, pero hay casos en los cuales dibujo directamente sobre la obra, como el caso del cemento, el mármol, la madera y el metal. Las maquetas las realizo en pequeño formato y en escala con la escultura que voy a emprender; siempre trato de usar el material con el que voy a hacer la obra, ya que eso me permite tener muy poco margen de error en cuanto a las dificultades técnicas que pueda traer la realización de la obra.
MCB: Otra característica a destacar es la presencia de los volúmenes curvos: la sinuosidad siempre presente, sensual, provocativa. Aún cuando trabajando los materiales más complejos para modelarlos, se le transmite al espectador cierta intención de tocar, acariciar, sentir tus obras. El mármol, por ejemplo, no se percibe frío, sino orgánico, vital, respira. Formas amorfas que se repliegan sobre sí mismas creando una realidad propia y donde las líneas rectas, el corte tajante, determinante, “exacto” y geométrico, parecieran no tener demasiado campo de acción…
PD: Los volúmenes curvos me atraen desde pequeño, al ser también músico, siempre sentí una afinidad por las curvas de las guitarras, es algo que al contacto con mi cuerpo me da una sensación de una intimidad única. Realizo muchos estudios en el campo de la biología, paso mucho de mi tiempo estudiando y dibujando órganos vitales humanos y animales, y la fauna marina y terrestre en general. No me fijo solamente en su funcionamiento, estoy más enfocado en su forma, textura y volumen ya que trato de traducir algunos de esos aspectos en mis trabajos, algo interior, vital y a la vez frágil que no se ve a simple vista. Este último punto es importante para mí, ya que en la mayoría de mi obra el espectador pasa a ser protagonista en relación con la obra, digo esto literalmente, porque la gente no solo recorre visualmente la obra, la tocan, introducen sus dedos, palpan las cavidades, los huecos y las texturas y en algunos casos abrazan a las esculturas, tal vez trasmita algo de lo que me ocurre al tener una guitarra en contacto con mi cuerpo.
MCB: En alguna oportunidad me comentaste que te interesa trabajar con “dualidad de las formas,” ejerciendo una mirada más intuitiva que racional. Sería interesante que ampliaras un poco este concepto.
PD: El tema de la dualidad en las formas, lo veo como una forma de estar abierto a la experiencia interior que suscita una imagen exterior. Al tomar ciertos rasgos de los objetos de mis estudios, creo que se traducen algunas de las características de los mismos y si bien utilizo toques de figuración, no son el eje de la obra, entonces queda más abierto el tema de la interpretación, ya que el no poder encasillar la forma, por no ser de un objeto conocido, deja un espacio para procesar la misma de una manera no tan racional.
MCB: Tu trabajo muchas veces demanda la cooperación de otros; el trabajo en equipo resulta fundamental cuando los volúmenes son tan grandes o cuando se necesita del conocimiento de un tercero para complementar la obra. ¿Cómo te llevas con esta relación que indefectible y necesariamente tienes que establecer?
PD: Creo que el escultor es solidario en general, porque hay que poner mucho el cuerpo en este oficio. Por ejemplo en un simposio, que trabajas con mas colegas, aunque cada uno esté trabajando en su obra simultáneamente, siempre necesitamos una mano para mover el material, ya que pueden ser enormes bloques de mármol, maderas muy pesadas, o enormes volúmenes de metales, entonces sí necesitas de tus colegas para poder seguir con la obra, así que siempre estamos ayudándonos.
MCB: Me gustaría que compartieras un poco del proceso creativo, conocer si la obra nace de un concepto o eso aparece más tarde con el hacer. Tomemos el ejemplo que gustes y contarnos un poco sobre el “paso a paso” en la elaboración de una obra.
PD: Últimamente estoy experimentando en un nuevo cuerpo de trabajo, en el cual trabajo de diferente forma que habitualmente. Estoy trabajando con el lenguaje y utilizo libros, los cuales intervengo con diversas técnicas en los cuales vierto ciertos procedimientos y situaciones relacionadas con la arqueología principalmente, ya que los libros están horadados y cada página pasa a ser un sustrato literario, en ese punto me apropio de la tipografía del libro y altero su contenido re-significándolo. El vacío es fundamental en esta obra, especialmente el espacio que queda entre página y página. Trabajo en dos frentes distintos: a veces usando el libro por su contenido, con un enfoque mas conceptual y otras veces los tallo directamente, usando al libro como material; en este último caso, creo diversas situaciones al adicionarles piezas de madera tallada y quemada, las cuales habitan, transitan los libros generando diversas situaciones. Me interesa esta relación tan íntima entre la madera y el papel al ser una la materia prima del otro.
MCB: Muy interesantes son las instalaciones que estuviste desarrollando durante el 2019, donde los troncos tomaron, literalmente, las paredes de los espacios que los contenían. Espacios particulares ya que no todos eran la típica galería o museo de arte sino bibliotecas, hoteles, entre otros, donde se pensó en verdaderos sitios específicos para emplazar los trabajos. ¿Cómo dialoga tu trabajo con estos espacios alternativos?
PD: En el caso de la intervención de Home Hotel, trabajé con 63 piezas de madera tallada y quemada en todo el muro del lobby, fue un site-specific donde el muro terminó siendo parte indefectible de la obra. Jugué con la distribución de las piezas como si las mismas realizaran un tipo de peregrinaje en donde se pueden encontrar pequeños conjuntos, agrupados como lo hacen diversos animales, que acompañan a sus crías, de forma amorosa pero protectora a la vez. En la muestra en la Biblioteca del Congreso Nacional, presenté este proyecto de investigación del lenguaje en el cual intervine libros y partituras musicales, esto último, al ser músico, me abre nuevas perspectivas de relación con la música en general.
MCB: ¿Qué se viene para el futuro próximo?
PD: Pienso continuar con el proyecto de los libros y partituras en donde trabajo con el lenguaje; esta última muestra fue un punto de partida en donde claramente hay un giro en mi forma de pensar, esto altera totalmente mi forma de producir. Voy a seguir en esta dirección, tengo mucho para investigar y estoy muy entusiasmado con estos cambios. Estoy en diálogo con Gastón Cosentino, doctorado en Letras, que trabaja en la Universidad Federal de Santa Catarina, y en la Universidad de la Integración Latinoamericana, ambas en Brasil. Estamos hablando de llevar esta nueva línea de trabajo a estas Universidades y realizar muestras en ambas, ya que es un proyecto que tendría un muy buen diálogo dentro de estas instituciones; me gustaría incluso, intervenir sus libros. Para el 2020 tengo programada una muestra individual en el Museo de Arte Español Enrique Larreta. Va a ser una muestra grande ya que voy a intervenir diversas áreas de ese hermoso y gigante jardín. Voy a realizar obra en distintos soportes, utilizando procedimientos arqueológicos que fui aprendiendo en diversas campañas en sitios arqueológicos del Noroeste de Argentina, en las cuales participé como ayudante de campo de Carlos Aschero, que es una eminencia en el campo arqueológico. Pienso valerme de algunos de los recursos aprendidos junto a él, para realizar diversos cuerpos de obra que creen situaciones de diálogo con la naturaleza, cuestionando e interpelando a la misma, en donde el espectador tendrá que adentrase en la obra, como lo hace un arqueólogo cuando realiza un trabajo de campo.