Nacido en Buenos Aires, el artista visual Paulo Riccobene, formado en la carrera de Edición y Diseño de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires, se siente, según sus palabras, “convocado al mundo de la creación, en todas sus formas, de manera temprana.” Y es desde esa pulsión que lo atraviesa que desarrolla desde entonces su actividad laboral pivoteando entre el ámbito del arte y la edición especializada en las artes y oficios. Reconociendo en la escultura el medio plástico más afín a su búsqueda por comunicar ideas y conceptos, sus obras asumen un formato chico y mediano, poniendo en diálogo lo orgánico y lo industrial y proyectando todo un universo reflexivo que se presenta de manera sintética y aparentemente sencilla. Como emprendedor fundó en 1995 la editorial Arcadia Ediciones, proyecto que continúa en constante transformación. A partir del 2013 hasta la actualidad participó de distintos talleres de dibujo, fotografía y escultura a cargo de prestigiosos artistas, entre los cuales se destaca el taller de escultura a cargo del artista visual Quique Gurevich. Su obra se exhibió en varios salones y exposiciones y entre los premios recibidos se destacan el Tercer Premio Escultura (2019) y Premio Mención Escultura (2018) en el Salón Asociación Artistas de Tigre Fundación Sudestada 9,3 y el Premio Mención Escultura (2016) en el Salón de Artes Visuales de Garín, Buenos Aires, Argentina.
María Carolina Baulo: ¿Por qué eliges la escultura como medio artístico? ¿Qué te seduce de la tridimensionalidad?
Paulo Riccobene: Reconocerme en la escultura, como medio de expresión artística y puente para comunicarme, me permite explorar ideas, formas, contra formas, espacios y materiales. Experimentar con el encuentro de las formas y el espacio y la relación que se establece entre estos dos elementos, me acerca a la posibilidad de reflexionar sobre los temas ineludibles. El trabajo artístico, indagando en figuras, que remiten a lo orgánico e industrial, como así también en el volumen, las luces, las sombras, las texturas y las diversas materialidades, genera una conexión entre la creatividad y el arte. Esta conexión, a su vez, impulsa una búsqueda constante brindándome una oportunidad única e inevitable de ver el mundo desde un lugar propio. La creación de un objeto obra, que habita en el tiempo y el espacio y remite a una idea propia del autor, habilita a través de la observación un punto de partida para generar en el otro la inquietud de conectar con sus propias ideas, preguntas y reflexiones. En este hecho es sin duda donde reside el poder del arte. La tridimensionalidad se hace presente de maneras muy diversas, al trabajar en un nuevo proyecto, durante el proceso, en esa búsqueda se presenta, va surgiendo. Esta circunstancia, nos propone un encuentro con lo inesperado. Lo impredecible toma forma, se materializa, esto la convierte en un hecho atractivo y único. Trabajar el volumen otorga un sin fin de posibilidades y matices que lo vuelven muy interesante. El solo hecho de ubicar un elemento, simple o complejo, en el espacio, con una intencionalidad, provoca muy diversos efectos, entre ellos, el de habilitar la comunicación.
MCB: Tus obras son por lo general de un tamaño chico a mediano. Antes de recorrer algunos ejemplos y los materiales, contanos sobre este lenguaje que eliges donde prima lo íntimo, lo pequeño y la figuración que solamente se reconoce en algunos pocos elementos y figuras geométricas.
PR: El lenguaje de la síntesis es la expresión que me representa. Es parte de una búsqueda permanente, en distintos sentidos, me permite una comunicación despojada, directa. Esto es vital para lograr la intimidad que mencionas. La escala mediana-pequeña de la mayoría de mis trabajos refuerza esta idea.El uso de la geometría como código de expresión, pienso que propone en sí misma un interrogante y un punto de partida desde lo formal para construir y deconstruir lo narrado.Nos despoja de lo aprendido, pero a su vez está dentro nuestro, la reconocemos en cada uno de los objetos que nos rodean, establece una relación cercana e inmediata con el espectador, proponiendo un ida y vuelta, recorriendo las distintas evocaciones. Esta situación dual, de opuestos, entre conocido-desconocido con todo lo que esto conlleva, sin duda nos interpela. Cuando la escala permite cercanía, facilita una lectura completa de la obra, desde distintos puntos de vista, hace que sea posible de recorrer en sus múltiples planos.
MCB: Tomemos por ejemplo la obra Diálogo (2017) para que nos cuentes cómo trabajas algunos de los materiales—en este caso hierro y madera recuperados—en sintonía con el sentido que busca plasmar la obra. Además esta pieza recibió una Mención en Escultura en 2018.
PR: Diálogo es una escultura realizada en hierro y madera recuperados. La materialidad de la obra propone un registro de lo transitado, donde la memoria de los elementos está presente y forma parte de un todo. Elementos ya descartados, despojados de su función original pero que conservan el rastro de su vida pasada. Esta evocación de otros tiempos, otros usos y funcionalidades, de algún modo se integran a la obra. Las piezas se resignifican, creando una nueva escena, otorgando un nuevo sentido, distinto al original. Planos, curvas, torsiones, llenos, vacíos, tensiones, contrastes, texturas, son los protagonistas que se hacen presentes en el espacio para establecer su singularidad.
En mi trabajo, pienso que el sentido de la obra surge en algún momento del proceso, se revela. Por supuesto que está ligado a temas o ideas que por algún motivo me convocan. La relación y el juego de Diálogo que plantean las figuras forman un conjunto, que pone en relieve el acto de comunicarnos. Este acto vital, se evidencia en la conversación permanente que mantenemos con nosotros mismos y con los demás. Un diálogo interno y valioso, que nos define.
MCB: Otro punto interesante es la economía de recursos que utilizas, lo austero y sintético de las obras, la preponderancia de lo cromático y la convivencia entre lo orgánico y lo industrial. Contanos sobre estos puntos.
PR: La economía de recursos, es un aspecto central en la propuesta de mi trabajo. Pensando en esto, la síntesis, lo simple, como recurso estético y formal, cumple distintas funciones en la obra. Pone el foco en el símbolo en sí mismo, propone un orden de lectura dentro del propio trabajo, construye un modo de comunicar ligado a lo simbólico. Una forma de jugar con los límites, en un extremo el signo como unidad mínima de sentido, como la génesis del lenguaje y en el otro extremo la multiplicidad de sentidos. El uso del color surge de forma instintiva, está ligado a la neutralidad y se integra al sistema que la obra propone. La tendencia al monocromo tiene que ver con esta idea. El encuentro entre lo orgánico e industrial, en sus distintas expresiones, es ante todo un espacio para explorar y repensar. Por un lado la naturaleza con sus infinitas imágenes, elementos, colores, texturas, aromas y por otro lado lo producido por la intervención humana, reflejado en la creación en todas sus formas posibles. Este encuentro recrea un territorio donde transcurrimos, donde la acción de producir diversas combinaciones con elementos de distintos orígenes da lugar a lo nuevo. Es en esa acción de combinar, de jugar es donde el trabajo fluye, se hace presente, donde la tarea en el taller toma otra dimensión. Aparecen nuevas formas, ideas o simplemente indicios de algún posible punto de partida en este viaje continuo.
MCB: En Circulante (2019) aparece otro material interesante: el cemento. Aquí el tema gira en torno a, según tus palabras, “un conjunto de circularidades en distintos estados.” Esta obra también recibe un galardón: el Tercer Premio Escultura del Salón Asociación Artistas de Tigre (2019). Me gustaría conocer el desarrollo de ese concepto y cómo lo plasmas materialmente.
PR: Circulante es una obra realizada con hierros recuperados y cemento. La obra propone un diálogo de formas simples, cerradas, abiertas, en evolución. El cilindro como figura geométrica nos propone la idea de totalidad, es fabulosa, un pequeño universo en una sola pieza. Un conjunto de circularidades en distintos estados. Construida en una materialidad que remite a lo atemporal. La piedra y el hierro como elementos básicos tienen la propiedad de habitar un presente continuo, están en el aquí y ahora siempre. Sus formas están inspiradas en los ciclos vitales, especialmente en el inicio de la vida como acto primigenio. Este inicio vital, genera un movimiento circular, a partir de pensar el presente, proyectado en el tiempo, ubicando frente a nosotros la idea de futuro como una dimensión abierta a lo inesperado. Transitar los distintos espacios y momentos, como el pasado difuso que suele convocarnos o el presente absoluto o el futuro que se nos presenta incierto e imprescindible, es un privilegio que nos es dado. Una oportunidad única como especie, de una búsqueda y una evolución constante.
MCB: En Tiempo Circular (2020) aparece la madera de Ligustro y Guatambú y recurres nuevamente a las formas cilíndricas dispuestas en el espacio—en este caso, planteando una reflexión en torno al tema del tiempo, el eterno retorno y la circularidad infinita.
PR: Tiempo Circular es una escultura realizada en madera de Ligustro y Guatambú. Compuesta por formas cilíndricas dispuestas en el espacio. El cilindro como un todo y una parte que nos propone una multiplicidad de imágenes, como decía, nos muestra lo cóncavo, lo convexo, la recta, la curva, el plano, los diferentes ángulos, el vacío, las luces y las sombras que lo atraviesan. Estas son algunas de sus tantas posibilidades formales, donde la materia y la luz revelan la presencia física de la figura. La obra propone una reflexión sobre el tiempo y sus progresiones a través de lo espacial como lenguaje, con la intención de representar la circularidad temporal. Una circularidad como metáfora del tiempo, mostrando la temporalidad como dimensión física e imprescindible. La materialidad de la madera con sus vetas que se dibujan sobre las piezas, refuerza la idea de lo temporal tanto en el paso del tiempo como en su condición de infinito. El mismo infinito que nos propone el no fin, el acabar y comenzar constante e indefinidamente. Las distintas partes, con sus diferentes posibilidades combinatorias, que conviven en un mismo espacio, propone la obra formando un todo. En este juego donde las piezas se encuentran, se acercan al vacío, se interrumpen, se tensionan, se alejan, para reflejar el sin fin de opciones que nos son dadas por un ciclo continuo y vital.
MCB: Ideal Azul I y II (2021) es una serie compuesta de dos piezas en hierro policromado que utiliza el color como puente para hablar del agua como elemento fundamental para la vida. En este trabajo nuevamente recurres a lo circular como metáfora, aquí reflexionando sobre lo “ideal” de los cánones culturalmente impuesto, según tus propias palabras. Contanos sobre este grupo escultórico.
PR: La serie Ideal Azul I y II está compuesta por dos esculturas realizadas en hierro policromado. La obra nos propone, a través de sus formas, color y espacialidad, acercarnos al agua, como elemento esencial. Reflexionar sobre sus propiedades. Materializar el agua surge como un juego de figuras y fuerzas en el espacio, líneas rectas y curvas para recrear su esencia, poniendo el foco en sus propiedades, en el carácter del agua, fluido y flexible, en un transitar permanente. Un puente invisible que nos conduce sin escalas a la contemplación, desde un lugar que habilita la posibilidad de pensarnos. Nos obliga a observar, nos convierte en espectadores donde empezamos a formar parte de lo observado. Esta acción nos predispone a conectarnos con las preguntas que tenemos. “Lo ideal” como canon establecido en nuestra cultura, nos genera de inmediato una fuerte exigencia de encontrar respuestas a necesidades probablemente impuestas. Esta dinámica en nuestro tiempo, nos sitúa dentro de un laberinto el cual recorremos una y otra vez, en una búsqueda constante de sentido.
MCB: Siendo que las instalaciones son de alguna manera uno de los lenguajes de presentación de las obras en el espacio en la contemporaneidad y que tus obras guardan una estructura más íntima donde los recorridos se dan dentro de ellas más que afuera, ¿Cómo piensas el espacio que contiene a tus obras y su relación con el espectador que lo transita y recorre los trabajos?
PR: El formato y la escala permiten al espectador ver la obra en su totalidad, recorrerla en todos los puntos de vista posibles, tener una visión en 360º del trabajo. Teniendo en cuenta los rasgos que definen la identidad de mi trabajo, la síntesis y lo simbólico como mencionaba anteriormente, el espacio que la contiene juega un papel fundamental. Es donde la obra habita, es parte de la narrativa y es la espacialidad la que habilita este juego. El espacio y la obra aparecen como dos dimensiones en dialogo permanente, pero a su vez se integran y terminan formando un todo. Esta conversación constante entre lo espacial y lo formal define el trabajo, propone al espectador tomar un rol en este juego de múltiples lecturas, tan fascinante como infinito, donde la posibilidad de pensarnos se hace presente.